Encuentra Madre buscadora esperanza pese a desaparición desde 2020
XALAPA, Ver., 09 de marzo de 2014.-«Nosotros ya estamos decididos, vamos a defender el río a como dé lugar, aunque se oponga el presidente de la República, aunque él diga que la va a hacer, nosotros aquí vamos a estar, nos vamos a ir al río y nos vamos a poner las mujeres al frente de toda la gente. Preferimos perder la vida y aquí vamos a estar, no nos da miedo».
Es doña Hilda, mujer de 64 años originaria del municipio de Jalcomulco en Veracruz, para quien la construcción de una presa en el río que la vio nacer, donde creció y nacieron sus hijos y hasta sus nietos, significa algo más que sólo el riesgo de inundaciones o los supuestos beneficios que podría acarrear.
«El río antes era grandísimo, más que ahorita, bastante grande el río, nosotras cuando éramos chamacas nos íbamos al río; anteriormente íbamos a lavar, nos íbamos a bañar al río; antes no estaba tan contaminado el río, toda la gente dependemos del río, por eso nos vamos a mantener y vamos a luchar», recuerda.
La principal preocupación que doña Hilda tiene es que la falta de agua que generaría represar el río, podría dejarlos sin trabajo, pues su esposo y sus dos hijos viven de la pesca y «se dedican al campo, al maíz, de ahí nos mantenemos y a veces hay trabajo y a veces no, toda la gente que hay aquí, son pescadores».
Y es que desde hace dos meses, las actividades cotidianas de ella y muchas otras mujeres de las comunidades de la cuenca de La Antigua han cambiado radicalmente, dejan sus hogares cada semana para poder subir al campamento a alimentar a quienes hacen guardia.
Para quienes tienen la voluntad de luchar por su causa, una cocina improvisada; anafres, comales y un poco de leña ha sido suficiente para continuar.
«Venimos a hacer de comer, para el desayuno nos venimos a las siete de la mañana, les hacemos de comer y a mediodía igualmente, pensamos lo que les vamos a hacer de comer, lo que tengamos en la bodega, a veces cuando nos vienen a regalar cosa pues ya, cuando no, hacemos frijolitos con huevo, lo que hay», explicó.
Doña Hilda niega que haya desunión entre los habitantes de las comunidades, pues dijo todos persiguen un mismo objetivo, y es que aunque hay pueblos que no se verían directamente afectados por la obra, la solidaridad los ha llevado a unirse a la resistencia pacífica que se mantiene en Jalcomulco.
Por ello comenta que cada vez se han acercado más comunidades como Limones, Paso de Limón, Tlaltetela, Apazapan, Chacoapa, Tigrillo, Xalapa, Coatepec y otros, y dice, se siente contenta por recibir el apoyo de todos.
«Toda la gente dependemos del río, por eso decimos que lo vamos a defender aunque se oponga el Gobierno nosotros aquí vamos a estar y vamos a luchar, preferimos perder la vida y aquí vamos a estar, ya dijimos todos, estamos dispuestos y si dicen que nos vamos a desalojar, no nos vamos a ir», finalizó.