Disminuye desigualdad salarial en 2 tercios de los países del mundo: OIT
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de abril de 2014.- Frente al escenario global de crisis con recesión en Estados Unidos, Europa y Japón, desequilibrios en China, vulnerabilidad en las economías intermedias y degradación de los territorios periféricos, América Latina (AL) enfrenta el reto de elegir un proyecto de desarrollo que evite el desastre ambiental e incentive las tasas de crecimiento, expuso en la UNAM el economista argentino Claudio Katz.
Según un comunicado, el titular Ricardo Torres Gaitán, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de esta casa de estudios, subrayó que en la región persisten desigualdades sociales a la par que avanza un proceso de integración a los mercados internacionales que sólo beneficia a sectores privilegiados.
Es un proceso marcado por la destrucción del ambiente que puede conducir a una situación crítica si la contaminación mantiene sus efectos en el aumento del nivel del mar, derretimiento de los glaciares o en problemas ecológicos. Esta crisis de la civilización de largo plazo amenaza a la humanidad, advirtió.
El sistema de competencia económica no tiene freno, al punto de generar desequilibrios que pueden destruirlo a él y al planeta, expuso al impartir la conferencia magistral América Latina en la mutación global. Desarticulación regional En el auditorio Ricardo Torres Gaitán del IIEc indicó que las economías latinoamericanas producen petróleo, alimentos, minerales y otros elementos básicos para los mercados globales sin tomar en cuenta los costos ambientales de obtener materias primas.
“Sucede con la minería a cielo abierto, que implica la destrucción de ecosistemas locales en aras de ampliar las exportaciones”, ejemplificó. Esto implicó la desarticulación de las industrias nacionales para garantizar bajos costos salariales y altos niveles de productividad, lo que genera desempleo y migración en masa en la región.
Nuestros países tienen economías desintegradas y desarticuladas, explicó. Katz, galardonado con menciones honoríficas del Premio Libertador al Pensamiento Crítico, aseveró que las economías latinoamericanas están marcadas por el trabajo precario, falta de empleos estables y la desintegración familiar. En las grandes ciudades, los sectores menos favorecidos buscan en la criminalidad y el narcotráfico formas de sobrevivir.
Además, las élites de multimillonarios están asociadas a los movimientos mundiales de capitales. Antes de reinvertir sus fortunas en actividades productivas locales, buscan las ganancias que pueden obtener en otros territorios. La clase dominante está más alejada de sus raíces que antes, sostuvo.
Frente al empobrecimiento y carencia de oportunidades y servicios de millones de personas, se destinan recursos mínimos del Estado para crear redes asistenciales de prevención para contener a las poblaciones de la región antes que brindarles empleo y garantizarles niveles de vida dignos.
Finalmente, el académico planteó que la construcción local de comunidades, mercados internos y economías constituye el primer paso para enfrentar la crisis del modelo hegemónico en AL y consolidar sociedades en armonía con la naturaleza.