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QUERÉTARO, Qro., 24 de abril de 2014.- Un vestido bañado en sangre, al igual que sábanas y paredes, son las imágenes que distribuyeron los diarios sobre el impactante asesinato ocurrido el 24 de abril de 1989, el cual sacudió a la sociedad queretana. El nombre de Claudia Mijangos aún suena en la mente de los queretanos a 25 años de la noticia que despertó a una sociedad apasible a una cruel realidad, donde esta mujer privó de la vida a sus propios hijos. La madrugada del 24 de abril de 1989, Alfredo Gutiérrez Mijangos fue despertado por su madre, Claudia Mijangos Arzac, sin imaginar que ese sería su último día de existencia. Mijangos Arzac clavó sin piedad el cuchillo en su pequeño de tan sólo 6 años; él gritó ante el terrible dolor provocado por el objeto, lo cual hizo que su hermana mayor, Claudia María, fuera hacia su habitación para descubrir el horroroso escenario donde su madre empuñaba el arma que utilizó para arrebatarle la vida a Alfredo. Claudia María no soportó tal escena, ante lo cual reaccionó gritando a su madre para que se detuviera, pero Mijangos solamente lo hizo para asesinar a sangre fría a su hija, a quien momentos antes habría persignado y perseguido por su hogar, ubicado en Jardines de la Hacienda, para así darle muerte tras varias puñaladas. La madre de 33 años, en ese entonces, abandonó el cuerpo de su hija de 11 años en las escaleras para continuar con su brutal ataque a su propia familia, toda vez que Ana Belén, de tan sólo 9 años, aún se encontraba en su habitación; de acuerdo a lo narrado en aquella época, finalmente Claudia subió al cuarto de su otra hija, para acabar con su corta vida. Los cuerpos fueron arrastrados por la propia Claudia Mijangos hacia la habitación principal, siendo colocados uno sobre el otro, llenando la casa de la sangre de los infantes; la madre finalizó su acto al recostarse a un lado de los cuerpos hasta el amanecer. Fue horas más tarde de ocurrida la masacre cuando una vecina se acercó a la puerta de Mijangos Arzac y descubrió la escena que parecía salida de una película de horror, ante lo cual salió huyendo del lugar, no sin antes pedir auxilio a sus vecinos. Minutos más tardes, la casa de Mijangos se vio llena de oficiales, peritos e investigadores, quienes intentaban descrifrar el misterio de lo ocurrido en dicho lugar; encontraron a Claudia sentada en la cama, bañada en sangre y a pesar de cuestionarle sobre lo ocurrido, la respuesta fue un tenebroso silencio. La mujer de 33 años fue trasladada a la clínica del IMSS para ser atendida por las heridas que tenía en las muñecas y manos, mientras que los cuerpos sin vida de los 3 pequeños fueron llevados al SEMEFO. Mijangos fue interrogada y, según narró la prensa de la época, parecía no recordar nada de lo ocurrido, incluso, creía que sus hijos se encontraban en el colegio. Ante tales hechos, Claudia enfrentó a la justicia en Querétaro y actualmente se encuentra recluida en el anexo psiquiátrico del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, al sur del Distrito Federal desde el 10 de septiembre de 1991 y hasta cumplir su internamiento en 2019. Claudia Mijangos Arzac tiene actualmente 58 años de edad y se espera que al momento de su salida cuente con 63 años Por otra parte, la casa del brutal crimen se encuentra en total desolación; algunos “investigadores” de lo paranormal afirman que este lugar aún contiene la esencia de la tragedia, aunque vecinos afirman que no hay nada de extraño en la casa ubicada en Jardines de la Hacienda, la cual se han encargado de proteger de aquellos curiosos que llegan al intentar desentrañar el “misterio” de este lugar que fue testigo del horroroso crimen de aquel 24 de abril de 1989, que este año 2014 cumple 25 años de haber ocurrido.