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MÉXICO, DF, 4 de junio de 2014.- Hasta la huelga de hambre está dispuesto a llegar Abraham Flores Rojas, líder sindical de Trabajadores Únicos de la Secretaría de Seguridad Pública, quien se encadenó a las rejas en la entrada de la Secretaría de Gobernación en protesta a la suspensión de sus pagos.
El representante de los trabajadores se manifestó por los excesivos y desmedidos hostigamientos hacia sus compañeros del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social por parte de las autoridades federales.
Desesperado ante la situación, Flores Rojas se dijo cansado de las amenazas y los hostigamientos de ser vigilado en su domicilio particular, así como tener su teléfono intervenido por las autoridades de dependencia, declaró en entrevista con Quadratín.
“Tengo personas que están afuera de mi domicilio checando cuándo entro, cuándo salgo, ya es insostenible esta situación, estoy sumamente cansado, asimismo hago responsable a Miguel Ángel Osorio Chong si me desaparecen o me pasa algo en mi integridad física y a mis compañeros del comité del sindicato, y al Oficial Mayor Jorge Márquez”, sentenció sometido a los eslabones.
Flores Rojas denunció la suspensión de su salario además de ser acreedor de una acta administrativa por ausencia laboral, pero indicó que tanto el documento como la notificación fueron simuladas por la Unidad de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos.
Ante la inoperancia de las autoridades por resolver sus demandas, el trabajador vulnerado aseguró que tuvo que recurrir a encadenarse y jugarse la salud para ser escuchado y atendido en su petición.
Mediante un oficio, el director de la Oficina de Concertación Política, Lorenzo Gómez Hernández, intentó pactar con Abraham Flores convocándolo a una mesa de negociación con funcionarios de la Unidad General de Asuntos Jurídicos pero éste se negó por temor que su protesta sea en vano y los policías presentes se lo lleven para desaparecerlo.
“Estoy dispuesto a llegar hasta la huelga de hambre, porque ya no tengo qué perder, no tengo qué comer, no tengo salario, no tengo nada”, advirtió con seguridad el líder sindical al ver quebrantada su vida privada.