El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Una serie de errores y decisiones equivocadas del técnico Miguel “El Piojo” Herrera, ocasionaron la derrota de México ante Holanda, con lo que se frustró –por sexta vez consecutiva- el objetivo principal: llegar al quinto partido en una Copa del Mundo.
Fue la más dolorosa derrota de México en un Mundial, debido a las expectativas que había generado el Tri, que en la fase de grupos había vencido a Camerún y Croacia y empatado con Brasil.
Para analistas y aficionados el principal culpable de la eliminación de México fue “El Piojo” Herrera, quien acusó al árbitro portugués Pedro Proenca del nuevo fracaso del equipo mexicano.
“El señor del silbato es el que nos deja fuera del Mundial, por que si bien el primer gol de Holanda es bueno, al final inventó un penalti”, dijo Herrera al término del partido.
Dijo también: “El equipo jugó muy bien. Tuvimos un par de descuidos, pero hay que decirlo como es: de cuatro partidos, México tuvo tres arbitrajes desastrosos”.
Herrera, descompuesto, pidió además que el árbitro portugués sea descartado por la FIFA para pitar en otro partido del Mundial.
Y como ya lo había demostrado en varias ocasiones en la liga de México, “El Piojo” enseñó el cobre cuando al término del partido le reclamó al árbitro y luego, rumbo a los vestidores, esperó a Van Persie, con quien tuvo un altercado. Le mentó la madre a nombre de todo Méico.
Lo cierto es que en el segundo tiempo, luego del gol de Giovani dos Santos, al minuto 48, el equipo de Herrera se fue para atrás, perdió el medio campo y el control de la pelota, lo que propició el ataque de la “Naranja mecánica”.
Además, en una decisión que nadie entendió, Herrera sacó a Giovani y envió en su lugar a Javier Aquino, con la idea de fortalecer el ataque de México. Pero el cambio no funcionó.
En la banca se quedaron jugadores como Marco Fabián y el “Gullit” Peña, que parecían los elementos necesarios para frenar en ese momento los continuos ataques de los holandeses.
Al minutos 57, Guillermo Ochoa sacó de milagro un tiro a quemarropa de Stefan de Vrij, que dio en la cara del portero mexicano y luego se estrelló en el poste.
Todo se esfumó en seis minutos.
En otro de los enésimos tiros de esquina que concedió la apurada defensa de México, Holanda consiguió el gol del empate a los 87 minutos, con un potente disparo de Wesley Sneijder.
Y cuando parecía que el partido se iría a tiempos extras, Arjen Robben –la pesadilla que trajo locos a los defensas mexicanos- se metió al área donde Rafa Márquez, en una torpe entrada, tiró al delantero holandés, quien exageró la falta para que el árbitro marcara el penalti. Era el minuto 93, y México quedaba eliminado.
Luego vino el llanto y la decepción, lo que han acompañado a México en los Mundiales en los que ha participado.