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RIO DE JANEIRO, Brasil, 9 de julio de 2014.- Una persona ha fallecido en la localidad brasileña de Rio de Janeiro por impacto de bala de la policía militar, durante los disturbios acontecidos tras la derrota de 7-1 de la selección brasileña de futbol ante Alemania.
Considerada por los medios brasileños como la peor derrota futbolística de la historia, la ira de muchos hinchas se convirtió en vandalismo, asaltos, peleas e incendios de autobuses.
En Sao Paulo, por ejemplo, hubo una ola de violencia que provocó desmanes en el patrimonio histórico de la ciudad, además que se incendiaron 15 autobuses municipales.
En Belo Horizonte, donde se disputó el fatídico encuentro, se sucedieron peleas callejeras que terminaron con veinte detenidos.
En Salvador de Bahía, una de las sedes mundialistas, en el turístico Farol da Barra y que reunía 50 mil espectadores, tuvo que ser suspendida por un intento de asalto colectivo, que generó un caos espectacular.
En Recife, otra de las sedes mundialistas, la Policía Montada tuvo que interrumpir la transmisión del partido en la vía pública y usar gases lacrimógenos para dispersar una pelea entre aficionados. Varias personas sufrieron heridas por las pisadas de los caballos de la policía.
Por último, en la playa de Copacabana, uno de los lugares más concurridos en este Mundial se vivió una confusión frenética al darse una alarma de asalto colectivo, que generó susto entre centenares de asistentes que huyeron despavoridos.