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MÉXICO, DF, 11 de julio de 2014.- Después de que Omar Garfias Reyes, Secretario Técnico de la Comisión Intersecretarial de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, señalara que la sociedad se ha convertido en sujeto activo de los programas sociales, el doctor Renato Maruff, miembro del Panel de Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas, reconoció que un gran acierto del gobierno mexicano ha sido colocar el tema del hambre en la agenda pública del país, darle prioridad y visibilidad, y haber tomado la decisión de enfrentar este problema con el involucramiento de la sociedad civil.
De acuerdo a un comunicado de prensa, al lado también del Subsecretario de Desarrollo Comunitario y Participación Social de la Secretaría de Desarrollo Social, Javier Guerrero García, y del Director de Oxfam México, Carlos Zarco Mera, el experto brasileño destacó el compromiso del Presidente Enrique Peña Nieto; de las dependencias federales y estatales involucradas, de legisladores y académicos, por construir una plataforma común para enfrentar la carencia alimentaria y el hambre.
Garfias Reyes compartió con el académico de la Universidad Rural de Río de Janeiro la experiencia mexicana para la superación del hambre, en la cual se han ido construyendo las herramientas metodológicas, como el cruce de padrones de beneficiarios y el establecimiento de indicadores precisos, con apego a la Ley General de Desarrollo Social.
Garfias Reyes dijo que desde el inicio de esta administración se trabaja para que la población se convierta en sujeto activo y deje estar del otro lado de la ventanilla, formado en la fila, lo cual “nos está permitiendo llegar a los 7 millones de personas consideradas población objetivo, de las cuales un millón nunca había sido beneficiarias de un programa social, lo que refleja la exclusión en la que se encontraban, y para los cuales estamos creando espacios públicos”.
Renato Maluff destacó las coincidencias entre la Cruzada Nacional Contra el Hambre y Hambre Cero de Brasil, estrategias donde es fundamental la participación ciudadana para colocar en la agenda gubernamental el tema del hambre, lo cual permitió abordar la inseguridad alimentaria de manera integral, además de promover políticas participativas.
En el intercambio de ideas, Garfias Reyes aseguró que la estrategia mexicana “es una gran reforma de la política social, porque ubicó un problema que se está resolviendo con articulación interinstitucional, con planeación fundada en el trabajo de campo, para realizar un trabajo integral y atacar todas las dimensiones de la pobreza, interactuando con la sociedad, con las organizaciones sociales, con la comunidad, construyendo una nueva gestión de política social”.
Dijo que los criterios aplicados en la Cruzada Nacional Contra el Hambre responden a indicadores muy precisos, establecidos por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), además de contar con un tablero de seguimiento de la gestión.
“Son 7 millones de personas, según el Coneval; al principio no teníamos nombres ni lugares de residencia. Hemos tenido que ir avanzando paulatinamente porque el padrón se asumía como objetivo, y no como herramienta de planeación; además, cada programa tenía su propio padrón”, destacó Garfias Reyes.
Finalmente, Renato Maluff afirmó: tal y como lo hace México, en la coordinación con estados y municipios, “los temas de la alimentación y el hambre se deben despartidizar; deben dejarse de lado los partidos y armar estrategias en las cuales todos puedan participar; no se trata de negar las divergencias y las distintas visiones, enriquecedoras del proceso, sino de tener espacios de discusión para enfrentar el hambre de la mejor manera”.