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MÉXICO, DF., 16 de julio de 2014.- Quizá el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio con la clave para entender la muy profunda y peculiar que los mexicanos hemos establecido con la muerte en nuestra cultura a lo largo de la historia.
Y es que el instituto concluye que México es, de por sí, un país peligroso. No se trata de su gente, mucho menos de sus costumbres ni, por supuesto su cultura. El peligro está en su geografía, que lo ubica como uno de los 30 países en el mundo en los que confluyen más de tres peligros naturales.
La diversidad territorial de la república mexicana es tan vasta, que en ella puede suceder casi cualquier costa en prácticamente cualquier momento.
Desde el extremo de la sequía que azotó vastas regiones del país en 2012 hasta los chubascos que inundaron el país las últimas semanas; sismos de diversos grados, volcanes, incendios, tormentas huracanes y hasta tsumanis, no son extraños para los mexicanos, señala el instituto en una excelente recopilación de cifras a propósito del Día Internacional para la Reducción de Desastres, que celebra el mundo este domingo en el que los mexicanos no terminan de salir de la última desgracia.
México se ubica en el llamado Cinturón de fuego, zona en la que sucede el 80 por ciento de los sismos en el mundo y el riesgo de desastres geológicos es una realidad tangible en la mayor parte del territorio nacional, y también forma parte del eje volcánico con nueve volcanes activos, recuerda el instituto.
Además de las crecientes cuotas de dolor y sufrimiento por las pérdidas humanas que de tiempo en tiempo ocasiona alguno de esos desastres, el valor material que arrastran estas contingencias es formidable: solamente “durante la administración anterior se destinó un total de 94 mil 406 millones de pesos, con lo cual se marcó el sexenio en el que se erogaron más recursos públicos para enfrentar los efectos de fenómenos naturales”, dice el INEGI.
Si se consideran los fenómenos que azotaron al país entre 1970 y 2009, destaca el instituto, “aproximadamente 60 millones de personas se vieron afectadas por desastres naturales en el país. México está clasificado como uno de los 30 países en el mundo más expuestos a tres o más tipos de peligros naturales”.
Los desastres ocurridos entre el 2007 y 2012 fueron fenómenos sin precedente histórico, señala el estudio del INEGI, y sus efectos sobre la población y la infraestructura pública obligaron al gobierno federal a destinar mayores recursos para mitigar los daños y el restablecimiento de las condiciones prevalecientes antes de la presencia de estos eventos.
En el 2010, cuando se destinaron 14 mil 838 millones de pesos, se hizo una estimación de los costos por lluvias severas que afectaron gran parte del territorio por 54 mil770 millones de pesos, de los cuales 38 mil 308 millones de pesos correrían a cargo del gobierno federal y 16 mil 462 millones de pesos a cuenta de los estados mediante coparticipaciones.
Si bien el récord de desastres naturales lo tiene aún la administración del presidente Calderón, destaca el instituto, la administración de Peña Nieto podría establecer nuevos records si se considera que en su primer año ha tenido que afrontar graves situaciones.
Y es que las sequías que afectaron al país el año pasado han sido consideradas las más graves de los 70 últimos años, en tanto que los fenómenos Ingrid y Manuel que acaban de golpear el territorio nacional han sido los peores en su tipo de los 50 últimos años. Y los gastos, seguramente habrán de superar los de años previos, pues “la exposición de México a los desastres naturales va en aumento”, concluye el análisis del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.