Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
MÉXICO, DF, 17 de julio de 2014.- Los problemas de infraestructura de América Latina limitan la capacidad tanto de empresas públicas y privadas en las cadenas de valor mundial, destaca un informe conjunto de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Banco Mundial (BM) divulgado este jueves.
En su análisis, los organismos destacan que las cadenas de valor mundial tienen cada vez mayor relevancia en el comercio y, si los países de la región G20 pudieran mejorarlas de manera simultánea el producto interior bruto internacional crecería en 2,5 billones de dólares.
Sin embargo, advierte, los países de esa región enfrentan severas limitaciones económicas y técnicas para construir infraestructura adecuada en servicios de transporte y energía, especialmente para los sectores extractivos y manufactureros.
“En un mundo en el que la entrega a tiempo es la norma, que el tránsito es rápido y el almacenamiento caro, el tiempo realmente es dinero», señala el análisis, que refiere también que la deficiente calidad en esa infraestructura “afecta la capacidad de empresas y países de participar en las cadenas de valor», subraya.
Por ello, el informe urge a los gobiernos a buscar mayor inversión directa en los proyectos de infraestructura por parte de empresas privadas, para quedarse al margen de los beneficios sociales vinculados en la participación de las cadenas de valor mundial.
Por otra parte, los organismos internacionales llaman la atención en el hecho de que “más del 30 por ciento de los países de África y del Sudeste Asiático, y cerca del 25 por ciento de Centroamérica y el Caribe, ejecutan menos del 80 por ciento de su gasto de capital».
Para los organismos responsables del estudio, las cadenas de valor mundial son esenciales para los países desarrollados porque no suponen «un eslabón, sino una escalera», ya que las economías en desarrollo con mayor crecimiento en dichas cadenas tienen un crecimiento del PIB per cápita de un 2 por ciento por encima de la media.