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MÉXICO D.F., 18 de julio del 2014.- Cerca de las 10 de la mañana de este viernes en el Museo Panteón de San Fernando, había concluido la ceremonia cívica para conmemorar el 142 aniversario del fallecimiento de don Benito Juárez, considerado el gran líder masón en México.
Para esa hora ya se habían retirado las autoridades capitalinas y el grueso de la prensa. Sin embargo, el movimiento en el recinto continuó. Se colocaron más sillas, ingresó una banda para musicalizar el evento y nuevos invitados arribaron al lugar, unos invitados secretos…
Quadratín México tuvo la oportunidad de conversar en exclusiva con uno de ellos, don Zeferino Aguilar Olivares, un connotado masón del Rito Nacional Mexicano (RNM), quien explicó realmente qué son estos grupos, a qué se dedican y qué buscan en la política mexicana:
“A la masonería le han colgado mil milagros, sin saber que es el medio más adecuado para la educación del pueblo. Defendemos los principios que la humanidad necesita para superarse, conocer sus derechos, actuar y evitar tanta discriminación que existe en la actualidad”, explica el actual presidente del Concilio del Rito Masónico de los Estados Unidos Mexicanos, A.C.
Don Zeferino, hombre de baja estatura y avanzada edad, viste pulcramente para el evento al que fue convocado, con un traje negro, del mismo color de su corbata, un pequeño gorro para cubrir y descubrir su cabeza durante la ceremonia que está por empezar y un curioso pisa corbata, que no pasa desapercibido. (Con los masones hay que observar cada detalle de su vestimenta porque todo tiene un significado particular).
“Soy el Gran Base Luminar, Gran Maestre de la orden del RNM’, explica sobre su grado, en el complejo escalafón de jerarquías que tiene este la masonería en el caso de nuestro país: ‘Aprendiz’, ‘Compañero’ y ‘Maestro’, en los niveles iniciales y seis altos grados: ‘Maestro Aprobado, Caballero de Secreto’, ‘Caballero del Águila Mexicana’, ‘Perfecto Artífice’, ‘Gran Juez’ y ‘Gran Inspector General de la Orden’ ”.
El Consejo del RNM designó previamente los títulos, así como las atribuciones y deberes de cada uno de ellos.
EL ARRIBO A MÉXICO DE LA MASONERÍA
“En 1820 se consolidaba, en gran parte, la Independencia de México. La disputa por el poder político era tremenda y la base del poder, contrario a la democracia, era el clero político. Desgraciadamente en esas fechas también se sumó la disputa entre los ritos yorkino y escocés.
“Por ello, para poder establecer el orden y respaldar el avance de los principios de la independencia, se formó el RNM, que fue a la postre el rito de Benito Juárez García. Él fue quien puso el orden y consolidó la historia como la conocemos, a través de grandes hombres, todos ellos masones, que culminó en la Constitución definitiva, primero de 1857 y luego de 1917”, explica el entrevistado.
“La masonería era la rectora de la Ley, del respeto, de la justicia, de la equidad y sobre todo del avance, aun con mil problemas, de nuestro país”, afirma.
Según José María Mateos, existía masonería en México antes de 1806 ya que en ese año fue iniciado Don Miguel Hidalgo y Costilla en una Logia ubicada en la calle de Ratas No. 4, a la que asistían prominentes integrantes del cabildo de la ciudad de México.
Entre 1821 y 1825 existieron en México dos tipos de logias según su tendencia política: unas conservadoras, pro monárquicas y centralistas formadas por personas adictas al antiguo régimen virreinal, las escocesas y otras liberales, republicanas y federalistas, conformadas por los independentistas y sus simpatizantes, las yorkinas.
Estas organizaciones fueron el origen de los partidos políticos en la República. De ellas nacieron el Partido Conservador (de la logia escocesa) y el Partido Liberal (de la yorkina). Ambas facciones se enfrentaron reiteradamente desde la consumación de la Independencia, hasta la llegada al poder de Porfirio Díaz, quien controló a las organizaciones por 32 años. Los masones entraron en un “sopor político”, a través de lo que califican como la “Gran Dieta Masónica”.
Por ello en 1833 se formó el RNM, con la idea de reformar internamente a la masonería mexicana. Incluso, según las fuentes consultadas, uno de sus primeros objetivos era introducir a la mujer al rito.
Esto porque “en sus manos está la formación de los futuros ciudadanos”. También pugnaron por la abolición de los fueros militares y eclesiásticos, la separación de la Iglesia y el Estado, la educación laica, la secularización de los bienes eclesiásticos, la libertad de cultos, entre otros. Todos estos principios masónicos constituyeron las Leyes de Reforma que se promulgaron durante el gobierno de Benito Juárez.
EL PRESENTE MASÓNICO
“Desgraciadamente la ignorancia del pueblo, porque no podemos ocultarlo, se deriva de las corrientes negativas contra de la democracia. La oposición siempre ha buscado la manera de destruir y para ello malinforma”, explica don Zeferino Aguilar al referirse a la tradición de las logias en la actualidad y la desunión que enfrenta.
“Lamento profundamente que, a pesar de los principios de la institución (logias), no hay unidad, sobre todo por sus corrientes extranjeras. El único rito que defiende la masonería mexicana es el RNM. Por eso no podemos hablar de unidad. Si la hubiera, otra cosa sería realmente.
“Esta división deriva de los grupos políticos”, señala. “Desgraciadamente se ha perdido la representación popular porque quien se suma a un partido, tiene que servir a esa corriente ideológica, no a los principios que reclama México para que de verdad haya orden, justicia, y se abata todo lo que, como lacra, calificamos tienen nuestras autoridades”.
El Gran Base Luminar del RNM es contador público, profesión que desempeño en Ferrocarriles Nacionales de México, donde explica que trabajó por “57 años, ocho meses y 12 días”. También agrega que su llegada a una logia se dio por una invitación del RNM, luego de su arribo al estado de Veracruz.
Sin embargo dice que sus primeros contactos fueron con el rito escocés, cuyos miembros nunca lo invitaron a integrarse, a pesar de contar con una “gran reputación como persona y como profesional”.
Gracias a la invitación del RNM, don Zeferino ingresó al rito un 12 de septiembre de 1968 y, aun cuando el próximo mes de agosto cumplirá los 90 años, se proclama como “miembro activo del movimiento de manera ininterrumpida”.
Por otra parte también afirma que el ser masón no ha tenido repercusiones familiares o restricciones impuestas por ser miembro de una logia: “Yo soy el único masón en mi familia”, aclara.
DONDE EXISTA UN MASÓN SE LEVANTA UN MOVIMIENTO
A pesar de la estigmatización que viven estos hombres, quienes se dicen preocupados por el bienestar de su conjunto, su movimiento tiende a debilitarse debido a la ‘clandestinidad’ en la que se maneja. Sin embargo, don Zeferino Aguilar afirma que nunca desaparecerá:
“Como quiera que sea, el movimiento jamás se extinguirá. Donde exista un masón, se levanta un grupo; porque afortunadamente aún defendemos los principios de quienes nos dieron patria, libertad y, cualquiera que sea nuestra actividad, aunque discreta, siempre buscamos un futuro rodeado de libertad, de justicia.
“Queremos un pueblo como lo deseaba Juárez: feliz, con todo para poder vivir, desarrollarte y ser útil a la humanidad.
“Benito Juárez es nuestro guía, porque no ha habido un sustituto, jamás lo habrá y la herencia de Juárez para México subsiste. Por eso decimos en días como hoy: ‘Es cierto’, entregó su cuerpo a la Madre Naturaleza, pero la herencia que nos dejó perdurará por siglos, porque es el mejor presidente que ha tenido la Patria”, concluye.
Entonces, cuando este reportero se disponía a asistir clandestinamente a una ceremonia masónica, nuestra presencia fue detectada entre los asistentes y, amablemente, fue invitado a retirarse pues, “se trataba de un evento privado”.