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MÈXICO D.F., 21 de julio del 2014.- Senadores PRD señalaron que la reforma energética creará organismos reguladores débiles que beneficiarán a empresas extranjeras por encima del interés nacional, mientras el PAN prevé que el trámite definitivo de la reforma energética concluya entre el 4 y 6 de agosto.
Utilizando pancartas con poemas modificados de Efraín Huerta para protestar contra la privatización de la industria energética, denominados Pemexmínimos en alusión a los poemínimos del escritor guanajuatense, los legisladores del PRD argumentaban:
“El entreguismo privatizador llega al extremo de poner a remate todos los activos de nuestras empresas estatales ahora propiedad exclusiva del gobierno Federal y sus aliados en estos negocios energéticos”, dijo la vicecoordinadora del PRD, Dolores Padierna Luna.
Señaló que el proyecto para expedir las leyes de los Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética, de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, además de modificar la Orgánica de la Administración Pública Federal, dentro del cuarto paquete de la reforma energética discutida en el Senado, provocará que las empresas públicas sean “despedazadas” para convertirse en empresas privadas que “dejan de ser de la nación para ser empresas exclusivas del gobierno federal”.
En el mismo tono se manifestó el senador Raúl Morón Orozco, quien sostuvo que son organismos sin fuerza y autonomía, supeditados a la Secretaría de Hacienda y de Energía, sin capacidad de autogestión, sin autonomía presupuestal, “son simplemente órganos del presidente”.
El perredista Isidro Pedraza Chávez leyó una carta dirigida al general Lázaro Cárdenas en la que explicaba que en la presente legislatura se ha perdido todo lo ganado durante la expropiación petrolera de 1938, la cual beneficiará a las mismas empresas que se vieron perjudicadas por dicha expropiación.
“El día de hoy hemos sido derrotados en el Congreso por una fuerza numéricamente superior, pero sabemos que esa mayoría no tiene la razón y que esta derrota no es definitiva”, dijo.
Por su parte, la bancada del PAN en el Senado señaló que una vez que la reforma energética sea discutida y aprobada en la Cámara de Diputados, el dictamen se turnará a las comisiones de Energía, Hacienda y Estudios Legislativos Primera, las cuales sesionarán entre el 1 y 3 de agosto, para luego convocar a un nuevo periodo extraordinario entre el 4 y 6 de agosto para concluir con el trámite legislativo de manera definitiva.
Los senadores blanquiazules consideraron que algunos conceptos de la reforma energética no han quedado del todo claros ante la opinión pública, pues consideraron que la iniciativa no plantea ninguna privatización.
El panista Salvador Vega Casillas, indicó que la necesidad de abrir la industria energética al capital privado se debe a la necesidad que tiene el país para que las empresas privadas exploten los hidrocarburos y se los entreguen a la nación, evitando así que el país tenga que pagar el “riesgo” inherente a la explotación de hidrocarburos, tal como ocurre con el caso de Chicontepec.
También rechazó que se hayan realizado modificaciones a los subsidios que actualmente otorga el gobierno mexicano a los energéticos.
“Los subsidios quedan exactamente igual que como estaban antes, no se tocó absolutamente nada”, señaló.
El blanquiazul Javier Lozano rechazó que la reforma energética planteé un riesgo para las condiciones laborales de los trabajadores de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.
“Esta ley, la reforma constitucional que le precede y le da sustento, no contiene una sola palabra que ponga en riesgo la estabilidad laboral de los trabajadores de ambas empresas, de Pemex o CFE, o sus subsidiarias”, señaló Lozano tras considerar que los señalamientos forman parte de una estrategia de la izquierda para atacar las bondades de la reforma energética.
Por su parte el senador del PRI, David Penchyna, agregó durante su intervención en tribuna que el tamaño de algunas empresas petroleras que invertirán en México implica un riesgo y un reto para los controles del Estado.
“Es evidente que la reforma energética habrá de atraer el interés de muchas empresas. Empresas públicas, empresas nacionales, empresas privadas nacionales y extranjeras, que buscarán invertir en nuestro país, y si algunas de ellas serán empresas transnacionales robustas con gran poder económico, hay que responder a ese reto y a esa altura de miras”, concluyó.