Por lento, penalizan a Verstappen y pierde la pole
MÉXICO, DF. 24 de julio de 2014.- Javier Aguirre fue nombrado oficialmente como director técnico de la selección de futbol de Japón este jueves, después del fracaso del equipo en el Mundial de Brasil bajo el mando del italiano Alberto Zaccheroni.
“Hemos llegado a un acuerdo y la comisión ejecutiva ha aprobado el nombramiento”, anunció Hiromi Hara, director técnico de Federación de Futbol de Japón (JFA).
El DT mexicano participó en las transmisiones y mesas de análisis de Televisa Deportes durante el Mundial de Brasil y fue justamente en ese medio donde adelantaron la contratación de Aguirre. Sú más reciente equipo fue el Espanyol de Barcelona.
De acuerdo a un comunicado de prensa, el entrenador mexicano de 55 años, que guió a México hasta los octavos de final en los mundiales de 2002 y 2010, podría ganar cerca de 2.45 millones de dólares al año, más del doble que su predecesor y el sueldo más alto que jamás ha pagado la JFA.
Los medios locales también informaron que el ex técnico del Espanyol debería llegar a Japón en los próximos días para preparar las visitas de Uruguay y Venezuela, que jugarán contra su nuevo equipo el 5 y el 9 de septiembre, respectivamente.
Zaccheroni renunció al cargo de seleccionador tras la temprana eliminación de los nipones en el Mundial, en el que cayeron ante Costa de Marfil, empataron sin goles contra Grecia y sufrieron una severa derrota (4-1) ante Colombia.
La eliminación de los campeones de Asia en Brasil provocó críticas tanto contra la selección y táctica de Zaccheroni como hacia las estrellas Kaisuke Honda y Shinji Kagawa.
Pese a que Zaccheroni consiguió un histórico cuarto título asiático para Japón, fracasó estrepitosamente en el Mundial donde el objetivo establecido desde Tokio eran los cuartos de final.
Japón ha sido un fijo en los últimos Mundiales y no se ha perdido una cita mundialista desde su primera participación en 1998.
Los japoneses nunca han superado la fase de octavos de final (2002 y 2010) pese a las crecientes expectativas generadas en el país asiático, que coorganizó el Mundial de 2002 junto a Corea del Sur.