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BARCELONA, Esp., 5 de agosto de 2014.- Finalizó el Mundial de Brasil para España con la sensación de que era la última estación para algunos jugadores.
Uno de ellos era Xavi, que este martes anunció su marcha de la selección. Un adiós que lleva consigo la despedida del gran emblema de un fútbol que enamoró al mundo entero durante más de seis años.
Xavi Hernández deja la selección habiendo dado lo mejor de su juego a un combinado español que tocó la gloria gracias a un estilo de juego que muchos han intentado copiar.
Al mando del Barcelona y de España, Xavi Hernández ha marcado una época en el fútbol. 133 partidos después, Xavi no volverá a vestir la camiseta española. Criticado en sus inicios pero líder de la selección de Luis Aragonés. Del equipo que escribió en letras de oro la historia del fútbol español.
Un jugador distinto, con carisma dentro y fuera del campo que pasará a ser uno de los más grandes en la leyenda española. Es el jugador que ejemplificaba en su figura el propio estilo de la Roja. Todo el futbol pasaba por sus botas. Ese emblema, el eje que hacía funcionar la maquinaria española. Un centrocampista que hace fácil lo que otros muchos no llegan ni a tocar.
En esa zona del campo donde la cabeza tiene que ir más rápida que las piernas, Xavi fue, es y será todo un genio. Este Mundial apenas pudo demostrar su valía pero todos le recordaremos por sus pases imposibles, su velocidad de pelota y su excelsa visión de juego.
Su despedida, con una curiosa coincidencia. Jugará su último partido con la selección ante la Holanda de Van Gaal, un técnico que le hizo debutar en el Barcelona. Misma selección con la que debutó. Sevilla asistió al estreno de un joven jugador del que entonces nadie era capaz de prever tal éxito. 133 partidos después, Xavi dice adiós y España pierde a su emblema.