Teléfono rojo/José Ureña
Rapsodia gourmet: los sabores de la vida, en plena agonía
¿En qué piensa un hombre desahuciado en su lecho de muerte? Tal vez en un amor de juventud, en lo que quedó pendiente de hacer, en lo que será de sus seres queridos. Podría ser, pero no; este potentado, este individuo poderoso y displicente solo piensa en recobrar un sabor tan grato a su paladar que lo llevó a la gloria.
Y mientras él, en su lujosa habitación del elegante departamento que habita en París, intenta recordar el sabor de esa golosina y recorre su vida a partir de las sensaciones que le provocaron los sabores de alimentos degustados y rememora los momentos de su existencia en que los comió, la gente que lo rodea va revelando cuánto ha podido amarlo, odiarlo, admirarlo, compadecerlo, despreciarlo o ignorarlo.
Así transcurre la novela corta ‘Rapsodia gourmet’ de Muriel Barbery, una estupenda mirada analítica a la sociedad burguesa de Francia en la persona de Pierre Arthens, connotado crítico gastronómico que con su pluma cáustica podía elevar o arruinar la carrera profesional de chefs y restaurantes de todo el mundo.
Este personaje complejo, arbitrario, arrogante, engreído, egocéntrico y ególatra al extremo, sabe que está al borde de la muerte y lejos de caer en lamentaciones, tristezas, lágrimas, miedos o angustias, dedica sus últimos días a recordar recetas, olores y, sobre todo, sabores, en especial el único, el mejor, el que ha marcado su vida.
Para lograrlo se sumerge en los meandros de su memoria gustativa rememorando diversos tipos de delicias culinarias, desde la sofisticación de los sashimis japoneses (pescados y mariscos crudos) hasta la sencilla exquisitez de las sardinas asadas, la mayonesa casera o el pan rústico. Este recordar trae a colación a Marcel Proust con la evocación y nostalgia de las magdalenas de su juventud.
‘Rapsodia gourmet’ (Editorial Seix Barral, Colección Biblioteca Fomentor, julio 2010,182 páginas) es una novela narrada a dos tiempos, con la voz del protagonista agonizante que evoca la orgía de sabores que ha sido su existencia, y la versión que van confeccionando sobre su figura aquellos que conocieron y sufrieron a Arthens, desde su sumisa esposa y su amante perdida, hasta sus hijos rechazados, su vieja cocinera y la portera de la casa, pasando por los chefs a los que ha criticado.
Esta historia contada desde varias perspectivas, por lo general acusatorias, muestra al lector la diferencia entre las clases sociales, la discriminación de los patrones a los asalariados, así como lo infelices que pueden ser quienes tienen riqueza y poder.
Barbery lo evidencia claramente en los monólogos de Anna y Marquet. La primera, esposa de Arthens, abnegada hasta la humillación, víctima de su carácter y sus desplantes; la otra, su amante y dueña de un prestigiado restaurante, quien reconoce que “era un perfecto cabrón”.
Si bien Anna lo quiere y sufre al verlo al borde la muerte, surge la pregunta de hasta qué punto lo soporta por no perder la posición social y económica desahogada que le da el ser esposa del crítico gastronómico más importante de Francia; en cambio, Marquet está consciente de haber disfrutado de la plática con un verdadero genio de la gastronomía y gozado de un amante fuera de serie, sin haber dejado de ser una mujer libre, de lo que se siente orgullosa.
Esta obra de la escritora y filósofa francesa se dirige también al paladar del lector, a través de la minucia con que describe los platos y menús que Arthens intenta revivir, en los cuales reina el sabor, el olor, el aspecto, la untuosidad y, sin duda, la voluptuosidad de la comida.
Por las páginas de ‘Rapsodia gourmet’ (que en 2002 fue publicada en España con el título ‘Una golosina’) desfilan distintos sabores y texturas de la más variopinta gama de alimentos -entre la cocina francesa más sofisticada y la simpleza de las cocineras que generación tras generación han alimentado a sus familias- retratada con una pluma poética. La narrativa de Barbery, quien emplea adecuadamente los recursos literarios a lo largo de la historia, logra que los sabores y los olores se escapen de las páginas e invadan al lector.
Los personajes de la novela son Inteligentes, cultos, analíticos y sensibles, pero la mayoría denota la falta de amor y la soledad que los rodea.
Paradójicamente, ‘Rapsodia gourmet’ es una alabanza a la vida, a esos pequeños placeres que hacen feliz a un ser humano, aunque en la mayoría de los casos no sea consciente, pero también abre la puerta a la esperanza de saber que nunca es tarde para encontrar respuestas que acercan a la vida a una persona, aun cuando esté tan cerca de la muerte.
Una de las conclusiones que se pueden sacar de esta historia es que los placeres de la vida no son los más sofisticados, sino los más sencillos y naturales, ya que Pierre Arthens finalmente logra comprender el valor de las cosas sencillas y con esto el sentido de la propia vida.
Post Scriptum
Muriel Barbery (Casablanca, Marruecos, 1969) se crió en Francia, donde estudió
Filosofía en la Escuela de Letras y Ciencias Humanas de Lyon; se dedicó a la docencia en diferentes centros educativos, entre los que destaca la Universidad de Borgoña.
Barbery, quien con su primera novela ‘Una golosina’, obtuvo el Premio de los Libreros franceses, consiguió el éxito en su carrera literaria en 2008 con su segundo libro ‘Laelegancia del erizo’, que se convirtió en un auténtico best-seller en Francia, con más de 50 ediciones y 250 mil ejemplares vendidos, además de que ha sido traducido a varios idiomas y hasta se ha producido una adaptación al cine que todavía no ha sido estrenada.
Barbery estuvo nominada al Premio Literario Internacional IMPAC de Dublín y ha dejado a un lado su labor como profesora para residir en Kyoto, Japón.