Oran por la paz en el Centro de Chilpancingo
MÉXICO, DF, 9 de agosto de 2014. El Lobo Mexicano fue declarado oficialmente extinto en 1970 como consecuencia de la voraz campaña de exterminio impulsada sustancialmente por organizaciones ganaderas del norte de México y el sur de Estados Unidos. La técnica empleada por estos grupos fue el envenenamiento con el polvo “10-80” que les generaba una lenta agonía y muerte o el asesinato a golpes o a balazos.
Desde 1970, relata a Quadratin México, Juan Arturo Rivera, director del Banco de Recursos Genéticos del Lobo Mexicano (único en el país) no se ha logrado ver un avistamiento de este animal. Sin embargo, refiere, no todo está perdido. Hoy en día existen 339 lobos mexicanos en todo el mundo, gracias al programa de conservación y de reproducción en cautiverio.
Fue en mayo de 2014, tras 30 años de investigaciones, cuando nació en la Sierra del Burro (Sonora), la primera camada de cinco lobitos en vida silvestre, noticia que regocijó al cuerpo de investigadores del Programa de Conservación del Lobo Mexicano. La buena nueva, reconocen, mitigó un poco el dolor causado por el asesinato de 11 de sus 14 lobos recientemente liberados en esa misma zona, con los que habían trabajado por 18 años.
También director general de Zoológicos de la Ciudad de México, Rivera precisa que gracias a este programa de conservación binacional existen hoy en día 339 lobos mexicanos en el mundo. Pero esto no para aquí. A través del Banco Genético del Lobo Mexicano, ubicado en el Zoológico de Chapultepec, “se tienen conservado el semen de 25 lobos y los ovocitos de seis hembras, a una temperatura de menos 170 grados, y pronto iniciaremos la fase de inseminación artificial.”
EL EXTERMINIO Y ASESINATOS MASIVOS
A principios del Siglo XX, las poblaciones de los lobos eran abundantes tanto en el norte de México como en el sur de Estados Unidos. Pero comenzó a darse un conflicto, específicamente en las zonas ganaderas. Fue ahí en donde a este animal se le comenzó a ver como a un enemigo, como a “un competidor del hombre, en el sentido de que el lobo depredaba a su ganado. ‘Ahí viene el lobo feroz’”, decían.
Aunado a eso dieron inicio dos de los grandes mitos que terminarían por generar odio contra ese animal. El primero es que los lobos atacan a las personas, lo cual “es totalmente un mito”, pues si hay un animal que rehúye por naturaleza cualquier acercamiento o encuentro con los seres humanos, es el lobo mexicano, a diferencia del coyote.
El otro mito: la gente decía que estos animales eran transmisores de la rabia, pero ésta vista desde una perspectiva de ferocidad, de voracidad. Pensaban que “esa rabia podía ser transmitida a los perros o a las personas, en caso de un ataque”. Y así, con ambos detonantes, se inició el cruel exterminio del lobo mexicano.
A mediados de la década de los años 50 del siglo pasado organizaciones ganaderas principalmente iniciaron una campaña contra esta especie, que años más tarde concluiría con su exterminio absoluto en vida silvestre. Rivera, describe con triste precisión la forma en cómo eran asesinados estos animales.
“Esta campaña implicó principalmente el envenenamiento de los lobos. Se les ponían pedazos de carne envenenada, con un veneno conocido como floruacetato de sodio, el ’10-80′. Y entonces los lobos al momento que consumían esta carne se morían”.
Este veneno sigue siendo muy empleado en zonas rurales, principalmente, para exterminar fauna nociva, como plagas de ratas, principalmente. De acuerdo con especialistas, su ingesta genera arritmia cardiaca, convulsiones y afectaciones cerebrales. Su muerte es lenta y muy dolorosa. No existe antídoto.
Otra de las campañas de exterminio usadas contra este animal fue su caza indiscriminada:“La cacería de matanza, de trampeo de los lobos. Realmente no se sabe el número exacto, lo que sí sabemos fue el impacto que tuvo esta campaña de exterminio al punto que en 1970 el Lobo Mexicano se declaró en peligro de extinción”, refiere.
1970, DECLARATORIA DE EXTINCIÓN
Fue tal la voracidad con la que se actuó contra los lobos mexicanos, que para 1970, explica el especialista, el Gobierno Mexicano lo declaró en peligro de extinción. “Es decir, de las poblaciones abundantes que había en este país nos quedamos prácticamente sin lobos en la vida silvestre”, dice Rivera, quien se lamenta:.
“Desde 1970 no se ha logrado ver u observar un avistamiento del lobo mexicano que esté realmente documentado científicamente. Hay reportes anecdóticos, del ‘yo por ahí vi un lobo’, pero no existe un reporte científico de que haya lobos mexicanos distribuidos en nuestro país,”.
El literal exterminio de una raza animal pura como el Lobo Mexicano prendió los focos rojos entre la comunidad científica mexicana y estadounidense. Inadmisible era para ellos, que basados en sólo en la ignorancia, las comunidades ganaderas de ambas naciones hubieran exterminado a una especie animal que además de todo, es de las más tímidas y tranquilas de las depredadoras.
Así, en 1980 se dieron a la tarea de capturar a los cinco últimos lobos que vivían en vida silvestre, dentro del territorio mexicano, cuenta el doctor, ya en ese entonces, integrante de un cuerpo binacional de especialistas que desde entonces lucha por la conservación de esta especie.
“Se contrató a un trampero en Chihuahua. El famoso señor Mc’Bride. Y estos cinco lobos son capturados y llevados a cautiverio con la idea de salvaguardar la especie, de ponerlos a salvo, y a través de ellos iniciar un programa de reproducción en cautiverio a largo plazo y así tener posibilidades de conservar la especie y lograr su reintroducción al entorno natural”, recuerda Rivera.
Desde ese entonces hasta la fecha, refiere, el trabajo y esfuerzo de los zoológicos en cuanto al lobo mexicano se refiere, se ha convertido en pieza clave en cuanto a su reproducción en cautiverio. “Uno de los objetivos importantes es participar en estos programas de conservación, pues no sólo se trata de tener suficiente éxito en la reproducción y conservación del lobo en cautiverio sino que estas poblaciones, en 20, o 30 años, puedan ser liberadas al medio natural”.
1982: Programa de conservación llega a México
En 1982, inicia oficialmente en territorio mexicano el programa de conservación del Lobo Mexicano. De acuerdo a lo expuesto por el especialista, es un programa binacional en el que participan México y Estados Unidos. Su objetivo principal es “mantener una población estable de lobos que puedan ser reproducidos en cautiverios y posteriormente reintegrados a la vida silvestre”.
Para 1988, tras la reproducción en cautiverio de aquellos cinco lobos cazados en Chihuahua, Estados Unidos envía a territorio mexicano a las primeras tres parejas de animales: “Una pareja es albergada en el Zoológico de Chapultepec. Otra, en el Zoológico de San Juan de Aragón, y una más se mantiene en una reserva natural, que es San Cayetano, en Estado de México”, y con estas parejas se da inicio el programa de reproducción de la especie en cautiverio.
1.- Reproducción en cautiverio: Dentro de los zoológicos los programas mantienen a los lobos en buenas condiciones, con diseños de albergues adecuados para ellos, programas de nutrición adecuados, de higiene, de vacunas. Un programa de reproducción, y sólo algunos de ellos pasan a fase de preliberación.
2.- Hay dos sitios a los que se les llama “centros de preliberación”, a donde se lleva a los lobos candidatos a ser liberados a vida silvestre en un futuro próximo: La Michilía, en Durango (reserva ecológica con cerca de 35 mil hectáreas). Y La Mesa, en Nuevo León (con 9 mil 328 hectáreas de reserva ecológica)
“En preliberación, realmente la idea es mantener a estos lobos en un manejo donde no tengan contacto con las personas. Un ‘manos fuera’. A diferencia de lo que hacemos dentro de los zoológicos, que normalmente son observados, son reproducidos, están en cautiverio. En los albergues de preliberación, se evita el contacto con personas”, explica Rivera, quien agrega:
“Ahí se busca que los lobos sean capaces de tener una rehabilitación conductual en tanto aprenden a cazar de manera natural. De hecho se les alimenta con presas naturales, se les dan animales vivos para cazar, conejos, venados…, y además al vivir en grupos empiecen a establecer toda esta serie de comportamientos en manada. Este proceso dura un par de años”.
3.- La Liberación. Finalmente llega el momento de reintroducirlos a la vida silvestre. “Y ese es el verdadero objetivo del programa; que podamos tener lobos en la vida silvestre liberados manteniéndose en la vida silvestre. Y se han liberado en el sur de Estados Unidos y en el norte de México”, dide el especialista.
*La primera liberación
Fue en el 2000 cuando se inició la fase de liberación de lobos silvestres en Estados Unidos. “Entre Arizona y Nuevo México, en una zona protegida, inicia la liberación de los lobos, donde se liberan parejas del lobo mexicano con la finalidad de que se establezcan” y enn territorio norteamericano, el programa de conservación del lobo mexicano en vida silvestre ha sido un éxito, si nos apegamos a cifras:
“Actualmente tenemos 83 ejemplares y mantenidos en vida libre, en Nuevo México y Arizona, 83 lobos que viven en nueve grupos sociales, y bueno, continuamente este grupo, además de los nacimientos, que van teniendo en vida silvestre se van añadiendo, otros que van de preliberación a las manadas”.
Fue en 2011, es decir, 11 años después de la liberación en Estados Unidos, cuando en territorio mexicano se logró a través de mucho esfuerzo, la primera liberación de cinco lobos a vida silvestre, “después de un proceso muy largo de estudio del cual pudiera ser la mejor zona para liberarlos. Se hizo un estudio de cinco zonas que posiblemente podían ser aptas para liberar a los lobos al medio silvestre. Finalmente se estableció la zona adecuada: La Sierra del Burro, entre los estados de Sonora y Chihuahua.”.
Lamentablemente y contrario a cualquier expectativa, el resultado de la liberación de estos cinco animales en la sierra norteña fue desolador.
“Fueron matados, intoxicados, envenenados, se reportaron muertos por traumatismo. Además estos lobos eran monitoreados a través de un collar satelital, un collar de telemetría, con el fin de estar siendo monitoreados vía satélite y saber cuál era su actividad”, recuerda Rivera, quien prosigue:
“Evidentemente en la zona que se eligió no solamente había habido un trabajo biológico, para saber si era la mejor para ellos. Además habu un trabajo desde el punto de vista social, se habló con comunidades,con poblaciones que pudieran estar cercanas. De hecho se escogieron en base a que no hubiera el menor conflicto con el hombre, con sus propiedades, con su ganado, y que fueran zonas donde pudieran estar de la mejor manera para lograr que esos animales pudieran establecerse y empezar a reproducirse en vida silvestre”.
La barbarie acabó con la vida de cuatro de los cinco lobos con los que se había trabajado cerca de 18 años. Sòlo sobrevivió una hembra, localizada gracias al collar satelital. Tras protegerla, los investigadores, con apoyo económico del gobierno del Distrito Federal y de distintas organizaciones, decidieron volver a soltar a una nueva pareja en 2012.
“A fin de que esta pareja pudiera encontrarse con la sobreviviente y formar una nueva manada, un grupo. Sin embargo nuevamente hubo un tipo de depredación contra los lobos”, refiere Rivera.
Hoy se sabe que de 2011 a la fecha se han liberado en territorio mexicano a un total de 14 lobos mexicanos y de esos, han muerto 11 por diversas causas, entre ellas, capturas, envenenamiento, y cacería.
2014, primera camada de lobos en vida silvestre
Sin embargo, el asesinato de 11 de los 14 lobos con los que han trabajado en el Programa de Conservación, no oscurece el semblante del doctor Juan Arturo Rivera. Realta que fue en mayo de este año cuando después de ters décadas de espera nació la primera camada de lobos en vida silvestre en México.
“Nos puso muy contentos. En mayo de 2014, de estos tres que quedaron, nació la primera camada del Lobo Mexicano en vida silvestre. Son cinco lobitos que están en perfecto estado de salud con sus padres, y una hembra más que está viva, pero que tuvo un traumatismo fuerte en una pierna, y que está dentro de un zoológico en Cananea, en Sonora, mientras se ecupera”, dice, sonriente.
“Se tuvo la primer camada de cinco lobos mexicanos en vida silvestre documentada. Y esto es un éxito, porque si estamos hablando de una especie potencialmente extinta en la vida silvestre, así está catalogada por la norma oficiales mexicanas, hay laseguridad que tenemos al Lobo Mexicano y crías nacidas naturalmente a través de nuestro programa”, agrega Rivera.
*Banco genético del Lobo Mexicano
En la ciudad de México existe un proyecto poco conocido, pero que está a la vanguardia en la capital en materia de preservación de especies animales en peligro de extinción: el Banco de Recursos Genéticos del Lobo Mexicano, subsidiado casi en su totalidad por el Gobierno del Distrito Federal.
Su director, Juan Arturo Rivera, explica que a lo largo de los últimos 30 años, los tres zoológicos de la ciudad de México son líderes a nivel nacional, en cuanto a la reproducción en cautiverio, pero no todo concluye aquí.
“Los zoológicos de Chapultepec, San Juan de Aragón y el de los Coyotes llevan el liderazgo en cuanto a la reproducción de lobos en cautiverio. En estos 30 años de cautiverio hemos tenido 35 camadas de lobos mexicanos, con un total de 50 ejemplares”.
Esta productividad les ha permitido generar un primer banco genético en territorio mexicano que les permite conservar tanto el semen como los ovocitos de machos y hembras jóvenes, a largo plazo.
“Los sometemos a un proceso de obtención de semen, y una vez que se obtiene se congela. A través de la congelación exitosa nosotros podemos conservarlo en un banco de nitrógeno, en un banco genético. Y ese semen es viable durante más de 70 años, en una ultra congelación. Lo tenemos a menos más de 170 grados”.
Esto les ha permitido tanto al especialista como a su equipo de trabajo hacer una selección de los lobos con mejores capacidades. En ese sentido, y considerando que la longevidad de un lobo es de alrededor de 15 años “durante ese proceso de congelar su semen, tenemos su células vivas y jóvenes durante 70 años. Y entonces ese semen se puede usar para realizar un trabajo de inseminación artificial en una loba quizá 20 o 40 años después”, dice y continúa.
“En el caso de las lobas mexicanas también podemos recolectar sus ovocitos, los óvulos, es decir antes de que ovulen los podemos recolectar, los podemos recolectar a través de la vitrificación, que nos permite tener esos óvulos tenerlos de entre 70 a 100 años”, precisa.
La Dirección General de Zoológicos de la Ciudad de México tiene el único Banco de Recursos Genéticos del Lobo Mexicano en el país, donde tiene conservado el semen de 25 lobos y los ovocitos de seis hembras.
“Son alrededor de 53 ovocitos congelados y éstos, pudieran ser 53 lobos, si tuviéramos éxito en un cien por ciento. Y en un futuro no muy lejano vamos a poder hacer la utilización de este material para llevar a cabo procedimientos de reproducción asistida”, precisa Rivera
“Sólo una vez se ha hecho la inseminación artificial del Lobo Mexicano, y ya hubo un primer nacimiento del Lobo Mexicano en EU a través de este material genético. Nosotros estamos en fase de prueba y estamos en espera de probar este material y que sea útil”, concluye.