Descomplicado
No porque sea un kamikaze de la izquierda tendría que estar mintiendo el ex gobernador zacatecano, Eduardo Monreal, cuando denuncia que, al interior del Comité de Administración de la Cámara de Diputados, se proyecta otorgar un «bono de retiro» a cada uno de los 500 diputados federales por un millón de pesos por legislador.
El pasado jueves, el Comité les entregó a los diputados la propuesta de Presupuesto Mínimo para el próximo año der 2015; es decir, los últimos ocho meses de la actual LXII Legislatura, en el que viene etiquetado este chayotón sin espinas.
Claro que el coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano tiene razón en indignarse – cualquier alma bien nacida lo haría y no porque fuera o no fuera de la izquierda delirante4 -, pues la entrega del millonario bono es uno de las decisiones oficiales que ofenden y lastiman a todos los ciudadanos, y particularmente a los trabajadores.
Me temo que Monreal no hable de oídas. Presentó a periodistas que cubren las actividades legislativas la copia del presupuesto del Ejercicio 2015, entregado el pasado 7 del presente agosto, y que implica un incremento del 30% con respecto del año anterior.
Me llamó la atención esta denuncia, porque está relacionada con mi nota de este lunes, en la que afirmaba que “Lo inflacionario es el abuso”.
Ninguno de los sacrosantos gurúes de la cienciología economicista (de ninguna manera Ciencia Económica), abrevada en las universidades fondomonetaristas, manchesterianas, neoliberales, dice esta boca es mía. Nadie, ni el señor Luis Videgaray, tesorero de la federación, o don Agustín Carstens, administrador de la política monetaria, saltan para advertir que los opulentos ingresos de la clase política sean inflacionarios.
Y sí, aumentar a unos 80 miserables pesos diarios el salario mínimo de la clase trabajadora sí presiona los precios en la economía. Y desata carestía. Pero bueno. Qué queríamos por un tostón, como dicen en mi terruño.
Bien forrados se irán los diputados cuando concluya la presente Legislatura. Y ni qué decir de los sueldazos, los aguinaldos, las canonjías de que gozan los “servidores públicos” de alto nivel, que más exactamente deberían de seguir llamándose burócratas. Y eso que no me refiero a los altos ejecutivos de la gran empresa, y menos de sus dueños.
Ah, pero, insisto, esos insultantes ingresos no son inflacionarios, de acuerdo con los cienciólogos de Hacienda y del banco central. La inflación es sólo el impuesto de los pobres, impulsada por los ingresos, salarios, de los pobres.
Pero cómo ve usted el comportamiento de la inflación. En los meses recientes no ha habido ningún incremento en los salarios. Sin embargo, la inflación se aceleró en julio más allá de la meta del Banxico, presionada por aumentos en los precios de servicios, combustibles y algunos productos agropecuarios. Rebasó el 4 por ciento. Y los asalariados “milando”.
Ya puede usar su IAVE
Un acuerdo entre los operadores de los sistemas de telepeaje hizo posible que, a partir de este lunes, en las carreteras administradas por Capufe, y en los segundos pisos de la ciudad de México, se haya iniciado la interoperabilidad que permitirá funcionar simultáneamente a las nuevas y anteriores IAVE.
En la segunda etapa de la interoperabilidad, que concluye a más tardar el 30 de septiembre, informó Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, se sumarán a la aceptación de ambas tarjetas la autopista México-Toluca y el circuito exterior mexiquense.
Durante la tercera etapa, en noviembre, se logrará el funcionamiento indistinto de los instrumentos de cobro y “será una realidad el viejo anhelo ciudadano de cruzar cualquier caseta de cobro instalada en las carreteras federales del país con una sola tarjeta, calcomanía o tag”.
En este período, el nuevo operador del sistema de cobro por telepeaje realizará las inversiones en equipo y tecnología necesarios para mejorar el servicio de manera sustancial y sustituir las antenas multiprotocolo que consoliden el proceso de interoperabilidad.
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