
Teléfono rojo
Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal, optó por no subirse al ring con Marcelo Ebrard al rechazar el debate público al que lo retó su antecesor en el cargo, respecto a las supuestas irregularidades y corrupción en la construcción de la Línea 12.
El gobernante capitalino, en un sólo round, desinfló la intención de Ebrard Casaubón de replicar la estrategia de Andrés Manuel López Obrador, de hacerse la víctima cuando panistas intentaron desaforarlo en 2005, por no acatar una orden judicial de frenar la construcción de una calle en el predio denominado El Encino.
De la misma manera en que El Peje hizo todo lo posible para ser encarcelado, sin pagar la multa que lo eximiría de tal castigo, para como víctima de una injusticia emprender una campaña electoral con rumbo a la silla presidencial, Marcelo buscó atraer los reflectores para iluminar su desgastada figura que en las pasadas elecciones perredistas evidenció la pérdida de su fuerza política.
Ayer, desde temprano, el perredista dio una conferencia de prensa en la que con los guantes puestos invitó a Mancera a subirse al ring, y en un debate público dejar en claro si tuvo o no responsabilidad en la construcción de la línea del Metro. Molesto entró a la conferencia, por una puerta lateral y no por la principal, emitió su mensaje en el que enfatizó que Mancera fue “su” procurador, no aceptó preguntas de los reporteros y con la misma se retiró de salón de un hotel donde realizó su evento.
A las pocas horas obtuvo respuesta por parte del jefe de Gobierno: No hay nada que debatir, y los resultados técnicos de la auditoria de la obra irán señalando a los responsables de las irregularidades, que por ahora suman 33, entre ellos Enrique Horcasitas, ex director del Proyecto Metro, inhabilitado 20 años para ocupar cargo alguno en el servicio público.
Así, el actual mandatario capitalino se desmarcó por completo de su “ex” jefe, quien no supo capitalizar el poder que tuvo en el cargo que hoy ocupa Mancera, y a menos de dos años de ser el “mandamás” de la capital del país, casi nada le queda en el partido y se vislumbra que salga del mismo, en busca de mejores oportunidades.
Por el contrario, Mancera, apoyado por su operador político, Héctor Serrano Cortés, se ha fortalecido políticamente, y su músculo se dejó ver el domingo pasado, en las elecciones internas del PRD, al conseguir el 75% de votos, contra el 2.5% de Ebrard.
Después del sufragio perredista, tal y como lo hizo Ebrard, se espera una ola de intentos por sacar la cabeza y no perderse en el mar de la política, sobre todo por parte de aquellos que no consiguieron posicionarse mejor, como es el caso de Leticia Varela, jefa delegacional en Magdalena Contreras, que busca una mejor opción que la que le significa ahora IDN, pues ella sola les aportó más a ellos que ellos a ella, en cuanto a votos -20 mil-. Hay Ecos capitalinos que indican que sus miradas van hacia Nueva Izquierda.
El fortalecimiento de Mancera ahora deberá ser estar enfocado a atender las demandas de los capitalinos, como la apertura de la Línea 12 y a hacer realidad el aumento al salario mínimo, pues esto último podría ser lo que marcara su administración.