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MÉXICO, DF. 12 de septiembre de 2014.- En un nuevo episodio del enfrentamiento entre el abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez, y el académico Enrique Carpizo Aguilar en torno a un presunto plagio y acoso por parte del funcionario universitario, y que llevó a la familia Carpizo a respaldar al investigador a través de una carta signada por el ingeniero Rafael Carpizo y publicada en Quadratín México, la máxima casa de estudios dio a conocer esta tarde un comunicado en el que expresa lo siguiente:
“La Universidad Nacional Autónoma de México desacredita las afirmaciones y el cúmulo de adjetivos en contra de autoridades de esta casa de estudios que formuló el ingeniero Rafael Carpizo y ‘decenas de familiares’, en una misiva que envió a algunos medios de comunicación en defensa de Enrique Carpizo, alusiva a la queja que este último presentó ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a la que se dará la respuesta correspondiente”.
La noche de este jueves, Quadratín México dio a conocer una carta enviada a esta Redacción por la familia Carpizo en la que sostienen que tanto el representante jurídico como el rector de la UNAM, José Narro Robles, intentan difamar al investigador por denunciar un presunto plagio de una de sus obras.
El pasado 1 de septiembre, el semanario Proceso dio a conocer en su sitio web que días antes Carpizo Aguilar había presentado una queja ante la CNDH en la que acusaba a González Pérez de haber plagiado un trabajo suyo para titularse como doctor en Derecho y de emprender una campaña de acoso en su contra luego de que éste ventilara el plagio por parte de lo que llamó “una red de académicos mafiosos” entre los que estaría el ex rector Jorge Carpizo, tío del propio Enrique Carpizo.
Un día después, el abogado general, acompañado de Carlos Carpizo Mac Gregor, hermano y albacea del fallecido ex rector, ofrecieron una conferencia de prensa en la Rectoría General de la UNAM en la que desmintieron las acusaciones y aludieron a un “trato preferencial” hacia Carpizo Aguilar, adscrito al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ).
Ahí mismo González Pérez cuestionó la “celeridad inusual” con la que actuó la CNDH para emitir medidas cautelares en beneficio del académico.
En respuesta, Carpizo Aguilar emitió un comunicado en el cual sostuvo que “me difaman porque me atrevo a disentir” y aclaró que “nunca he afirmado que el Dr. Carpizo fuera una mafia, sino que me cuidó de alejarme de mafias cercanas a él, pues tenía la experiencia de que muchos abusaron del poder y ahora vemos que no se equivocaba, ante casos como éste”.
En el texto, calificó como “un acto de corrupción más” del Abogado General “utilizar los recursos de la UNAM, que son públicos, para dirimir una denuncia personal, lo que se demuestra por recurrir a la infraestructura institucional para obligarme a callar”.
Al día siguiente, 3 de septiembre, el rector Narro Robles respaldó a González Pérez, rechazó que existiera una mafia al interior de la institución y acusó a Carpizo Aguilar de beneficiarse de “su apellido, de la bondad, de la bonhomía, de la actitud, del espíritu abierto y de apoyo que siempre presentó Jorge Carpizo”.
En una breve entrevista luego de la inauguración de los festejos del 80 aniversario del Fondo de Cultura Económica, el rector lamentó la actuación de la CNDH en el caso al afirmar que el organismo “se ha vuelto a tropezar con la misma piedra, ha vuelto a actuar de la misma manera que actuó hace unos meses frente a la Universidad. Yo lamento, el ser humano es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra. La Comisión Nacional a través de su presidente se ha vuelto a tropezar con la misma piedra”.
La noche de ayer, Quadratín México publicó la misiva firmada por Rafael Carpizo, enviada a nombre “de la familia Carpizo producto del esfuerzo, no de herencias, distinciones sociales o recursos públicos universitarios”, en la cual respaldan a Enrique Carpizo Aguilar “porque le asiste la razón y sabemos que no ha sido parte de crímenes, fraudes, robos o enriquecimiento ilícito. Su conciencia tranquila es la envidia de cualquier funcionario corrupto y por eso resulta incómodo para algunos”.