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MÉXICO, D.F., 18 de septiembre de 2014.- La Universidad de Harvard entrega cada año desde 1991, los premios IgNobel a los estudios más raros y ridículos de la comunidad científica. ¿Cómo reaccionaría un reno noruego a un sujeto disfrazado de oso polar? Esa cuestión investigada por la Universidad de Oslo fue merecedora de un galardón junto con varios investigadores más separados en 10 categorías.
Este curioso y peculiar certamen fue creado por Marc Abrahams, editor de la revista dedicada a la ciencia más absurda, Annals of Improbable Research, según informa esmateria.com.
Si usted ha visto alguna vez a Jesús en una tostada, no se preocupe, es perfectamente normal. “Y si no, puedes comprar una tostadora que lo hace en eBay”, bromeó Jiangang Liu, uno de los autores del estudio publicado en la revista científica Cortex que explicaba lo que ocurre en nuestros cerebros cuando vemos caras en objetos, ese fenómeno conocido como pareidolia.
Ese fue el premio IgNobel de Neurociencia. El de Medicina reconoció el uso de tiras de tocino para parar las hemorragias nasales incontrolables. Y el de Economía aplaudió la rapidez del ISTAT, el Instituto Nacional de Estadística de Italia, por ser el primer país en incorporar la prostitución y el tráfico de drogas para el cálculo de su PIB.
Además, estos peculiares premios recompensaron el estudio de la fricción que se produce entre el zapato, el plátano y el suelo cuando pisamos esta fruta; un estudio que concluye que los que madrugan menos son más psicópatas; un par de trabajos que destacan los riesgos para la salud de convivir con gatos; y el trabajo científico que descubrió que los perros defecan y orinan orientados en función de los campos magnéticos de la Tierra.
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