
Cuauhtémoc y Papantla, en alianza para impulsar cultura y turismo
MÉXICO, DF., 20 de septiembre de 2014.- A dos años de iniciada su gestión como Jefe de Gobierno de la -ciudad más grande del mundo, Miguel Ángel Mancera, reconoció públicamente que el momento más difícil de su gestión ha sido –hasta el momento- el desalojo de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) del Zócalo, por policías federales en septiembre de 2013.
–Doctor, el peor momento de estos dos años de gestión, ¿cuál podría ser?
-La coyuntura de los maestros, sin duda.
– ¿Complicado?
– Lo más complicado, sin duda.
– ¿Podía dormir en esos momentos?
– Acuérdate que ‘el que gobierna, vela y si duerme, sueña que gobierna’. Esa es la diferencia… Entonces ‘el que gobierna vela’ y en ese tiempo velábamos más.
El miércoles 17 de septiembre, a eso de las 10 de la noche, el área de Comunicación Social del Gobierno del Distrito Federal, informó a los reporteros que cubren las actividades del Jefe de Gobierno, que éste ofrecería una reunión informal con la fuente, a fin de conversar sobre diversos temas de interés, en un ambiente tranquilo, relajado, fuera de toda presión cotidiana.
Fue así como en punto de las 11 de la mañana del jueves 18, Miguel Ángel Mancera, iniciaba una reunión con representantes de los poco más de 40 medios de comunicación que le cubren, en el Salón Miguel Hidalgo, del Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Se le veía tranquilo, relajado, de buen humor, e incluso, sonriente.
Y la charla informal se tornó –irremediablemente- en conferencia de prensa. De un minuto a otro, Mancera comenzó a dar cifras, datos, nombres, y de inmediato salieron las plumas, las grabadoras, los cuadernillos, las cámaras, y cualquier cantidad de herramientas para dar constancia de lo que se daba a conocer.
Últimamente el Jefe de Gobierno no se acercaba a la fuente, pero sí a las entrevistas especiales, y los temas de interés público eran demasiados… La actitud apacible y cordial del Jefe de Gobierno fue en todo momento. Incluso cuando se le hicieron preguntas por demás incómodas.
Se pudo percibir a un Jefe de Gobierno menos político y más humano, cuando habló de su experiencia personal frente a la problemática de los maestros de la CNTE en el Zócalo de la Ciudad de México. Recuerda que le ganaba el sueño con una noticia, y cuando abría los ojos, ya tenía otro panorama.
“Todos los días abría los ojos con una noticia, porque además acuérdate que los maestros sesionaban en la madrugada. Estabas pendiente de qué decisiones se tomaban y cuando te ganaba el sueño ya amanecías con otra decisión diferente con la que te habías dormido”, comentó.
El mandatario capitalino reconoció la alarma que sentía, tan sólo de pensar que de salirse de control el enfrentamiento registrado aquél 13 de septiembre entre maestros de la CNTE y policías federales, él y su administración pagarían un costo político que ya nadie le quitaría. Reveló:
“Si hubiéramos tenido un evento violento lamentable, una consecuencia qué lamentar eso ya no te lo quita nadie. Teníamos que estar calculando que no se dañara a la ciudadanía en sí, a las personas. Que hubiera la menor afectación, y también que no hubiera un choque frontal que hubiera descompuesto todo el panorama nacional porque la ciudad de México es un detonante y que hubiera seguramente ocasionado un daño al Gobierno ya irreversible. Esa era, entonces, parte de la tensión de ese momento”.
Al término de su contestación, en el salón Miguel Hidalgo del Antiguo Palacio del Ayuntamiento reinaba el silencio. Mancera lo rompió, con una broma: “en ese entonces tenía el cabello negro… ”, dijo, tocándose su ahora entrecana caballera.