Este lunes, ambiente muy frío y heladas en zonas montañosas del país
MÉXICO, DF., 25 de septiembre de 2014.- Decenas de académicos mexicanos y varias universidades de todo el mundo, firmaron un manifiesto donde piden al presidente Enrique Peña Nieto, frene la obra del Canal Centenario y la central hidroeléctrica Las Cruces, que afectarán a las Marismas Nacionales, en Nayarit, considerado “como el manglar más importante del Pacífico mexicano”.
Entre los firmantes, se encuentran investigadores de la UNAM, de la Universidad Autónoma de Nayarit, de Puebla, de la UAM, del INAH, así como especialistas de universidades de China, Brasil, Francia, España y Estados Unidos. A estos se suman también organizaciones ambientalistas de Venezuela, Perú, El Salvador y Guatemala.
El manifiesto, en poder Quadratín México, pone de relieve que el Canal Centenario pretenderá interconectar los ríos que cruzan por el estado de Nayarit (Santiago, San Pedro, Acaponeta y sus respectivos afluentes), trasvasando gran parte de sus caudales hacia los estados de Sinaloa y Sonora.
Los especialistas que critican el proyecto señalan que no todos estos ríos desembocan directamente en el mar sino que constituyen el alimento de agua dulce del ecosistema Marismas Nacionales, una Reserva de la Biósfera y sitio Ramsar (lista de humedales con importancia internacional). Con el Canal se vería afectada una extensa zona de humedales, así como pantanos y lagunas costeras de 90 kilómetros de largo por 30 de ancho: desde San Blas hasta el sur de Sinaloa.
En esta área viven y proliferan la cuarta parte de los manglares de México, y más de 99 especies endémicas de anfibios, reptiles y grandes mamíferos, como venados y jaguares.
Los inconformes denunciaron que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya ejecuta las obras del proyecto Las Cruces y acusaron a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de haber aprobado la construcción con “opacidad” y sin que se hubiera contado con la opinión de los pobladores, “ni fue evaluado por los organismos capacitados para ello como lo marca la ley”.
En esta dirección, los críticos del proyecto apuntan que el Manifiesto de Impacto Ambiental, necesario para evaluar los riegos ecológicos de la mega obra, fue publicado y se dio un corto plazo de “uno a dos meses”, donde se aprobó, “sin que una verdadera evaluación científica de una documentación tan compleja pueda llevarse a cabo, debido a la dispersión de las voces calificadas a este respecto.”
Los pueblos originarios del territorio, los náyeri y wixárika, denunciaron que 14 de sus sitios sagrados se inundarán y más de 20,000 pequeños y medianos productores agrícolas, ganaderos, pescadores, prestadores de servicios ecoturísticos y acuacultores (ostión y camarón) se verán afectados debido al corte intempestivo y prolongado del caudal.
El investigador Emérito en Ciencias Sociales del Sistema Nacional de Investigadores, Sergio Zermeño, hizo llegar un oficio a la Dirección General de Atención Ciudadana, donde pide a Peña Nieto que revoque las autorizaciones para proteger el río San Pedro Mezquital, “patrimonio de los nayaritas y del mundo”.
El coordinador de la parte académica en la Defensa del Rio San Pedro, Gustavo Galicia, explica que parte de las obras ya han iniciado con la construcción de la carretera que trasladará los materiales para la presa. “Ya extrajeron material que fue arrojado en el mismo río y no solamente eso, inyectaron semi concreto”. Explica que hace dos años la CFE empezó con obras en la zona para determinar pesos y volúmenes sin Manifiesto de Impacto Ambiental “ni nada”.
En un documento de 132 páginas que la Semarnat libró el viernes para indicar a la CFE los puntos a tener en cuenta para ejecutar la obra, Gustavo explica que muchas de esas objeciones fueron realizadas por el doctor Manuel Blanco, de la Universidad Autónoma de Nayarit y la doctora Guadalupe de la Lanza, del Instituto de Biología de la UNAM.
“Lo injusto es que la Semarnat coloque las observaciones en un documento donde le da el fallo a la CFE para construir la presa”, indica el miembro de Defensa del Río, quien afirma que esos puntos no los van a poder cumplir. “Científicamente, la función de sedimentos no lo van a resolver, es el coco de las presas en todo el mundo”, agregó.
Actualmente, los contrarios al Canal Centenario se han organizado en dos consejos: uno intercomunitario y otro en el Consejo Indígena Náyeri. “Trabajamos fuertes con ellos (indígenas), ya que violaron sus derechos agrarios donde la CFE les engañó para que votarán en asamblea si daban permisos de explotación, donde se han hecho túneles y respiraderos. Lo consideraron legal pero está fuera de la normativa jurídica del derecho agrario. Empezamos a conocer casos como el de San Pedro Ixcatán y San Juan Corapan, comunidades amañadas para dar estos permisos, para entrar y hacer actividades de obra”, dijo Galicia.
La única consulta informativa convocada sobre el mega proyecto fue el 20 de febrero en San Pedro Ixtacan, donde 57 personas solicitaron información al respecto. Es precisamente en esta localidad mestiza, donde la CFE ha contratado a los primeros trabajadores para la construcción del Canal. La organización en Defensa del Río no culpa a los pobladores que hayan aceptado la propuesta laboral, pero ven que podría ser una operación para generar fricción entre las comunidades mestizas e indígenas de la zona.