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MÉXICO, DF, 26 de septiembre de 2014.- En el asunto al combate a los grupos de la delincuencia organizada, en México “no hay puntos complicados, todo es complicado”, precisa Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), al diario español El País, luego de un año de dirigir ese nuevo organismo adscrito a la Procuraduría General de la República (PGR).
El nuevo organismo es conocido como “el FBI mexicano” y se encarga de investigar los casos más candentes de la delincuencia mexicana, labor a la que dedica a sus 8 mil 200 efectivos
Para Zerón, el crimen organizado en México va en un descenso acelerado, y asegura que “estamos atacando las células y a lo que asistimos es a pugnas internas, los delincuentes se están matando entre ellos”.
Entre sus éxitos figura la captura de El Chapo, el número uno del narcotráfico mexicano. También ha sido protagonista en la detención de Rosa Verduzco, Mamá Rosa, implicada en un escándalo de desatención de menores, y hoy se encuentra a la espera de la resolución del complejo caso de Tlatlaya, la matanza de 22 supuestos narcos a manos de los militares a finales de junio y que ha levantado profundas dudas sobre el proceder del Ejército y del que se limita a señalar que “se está investigando”.
Zerón ocupó el puesto por designación del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam. Anteriormente, fue coordinador de análisis e investigación de la Procuraduría del Estado de México.
“Cuando llegué cada área trabajaba de manera independiente, ahora buscamos la integración y la transversalidad”, señala Zerón, en la sede de la agencia. “Nuestro objetivo es servir de apoyo a las subprocuradurías aportando inteligencia e investigación; también hemos desarrollado un centro de formación académica para generar una capacitación permanente de nuestros efectivos”, añade.
Entre las metas de la agencia, que representa en México a la Interpol, figura la priorización de los avances científicos en investigación criminal. “La delincuencia avanza a grandes pasos e intentamos estar delante de ellos. La ciencia debe estar al servicio de la justicia”, señala Zerón.