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MÉXICO, 26 de septiembre de 2014.- La masacre de Tlatlaya, en el estado de México, es una muestra de que faltan controles democráticos a las operaciones del Ejército en su combate contra el crimen organizado, afirmó el director del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), Ernesto López Portillo.
“Este hecho en Tlatlaya muestra la posibilidad de que el despliegue operativo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tenga características que lo alejan de cualquier control democrático, probablemente hay operaciones más controladas, pero el problema es que no lo sabemos. El control sobre las fuerzas armadas no existe en término de despliegue asociado a la seguridad, estas no son las funciones de las fuerzas armadas. Entiendo que hay un público que dice que hay que usar a las fuerzas armadas, lo cierto es que no son las reglas del Estado de derecho”, expresó.
El 30 de junio de este año, se reportó un enfrentamiento entre elementos de la Sedena y 22 integrantes de una banda de secuestradores. Sin embargo información recientemente dada a conocer muestra evidencias de que no fue un enfrentamiento, sino una ejecución de parte de los soldados contra los delincuentes.
De acuerdo con López Portillo, deberían ser civiles los encargados de la lucha contra el crimen organizado, y no militares, quienes ya deberían ser retirados de las calles.
“Nosotros nos salimos de eso hace varios años, México se salió porque omitió profesionalizar a sus cuerpos civiles. El presidente [Enrique Peña Nieto] debe mostrar una decisión contundente de tal manera que impida que siga adelante este desgaste de las fuerzas armadas, que por lo demás en sí mismo no demuestran que funcionen para contener la violencia en muchas de sus expresiones, no funciona para modificar las causas de la violencia que es donde el Programa Nacional de Prevención de Delitos intenta intervenir. Nuestro gran pendiente no es perseguir delincuentes, es dejar de producir delincuentes, es una gran diferencia”, explicó.
El experto en temas de seguridad y derechos humanos también criticó las declaraciones del Ombudsman Rául Plascencia Villanueva sobre Tlatlaya. El titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dijo que sí había habido un enfrentamiento, pero que en seis semanas la comisión daría sus conclusiones.
“El Ombudsman nos manda un mensaje que confunde mucho: por un lado asegura que hay un enfrentamiento, por otro lado dice que no sabe qué sucedió después y que van a hacer una investigación. No alcanzo a entender por qué dice que hay un enfrentamiento cuando no tiene las conclusiones de su propia investigación, desafortunadamente este doble mensaje confunde y levanta sospechas porque no entendemos para qué acelerar conclusiones si no se ha acelerado la investigación”, dijo.
López Portillo criticó que la CNDH haya tardado tres meses para anunciar que haría una investigación, y pidió no dar mensajes que generan sospechas.
“Ya una cantidad de articulistas dicen que parece haber un discurso del titular de CNDH en el caso de Tlatlaya que podría estar ligado a los tiempos de elección [del nuevo titluar de la CNDH], no podemos afirmar eso pero los elementos producen sospecha”, apuntó.