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MÉXICO, DF., 27 de septiembre de 2014.- Lo consideran el teatro lírico más relevante de México. Otros, la máxima casa de cultura del país. Varios lo llaman el centro principal dedicado a las bellas artes —en todas sus manifestaciones— en esta nación. Con momentos de gloria, pero también con sus cuestionadas remodelaciones —que le acarrearon incluso problemas legales—, el Palacio de Bellas Artes celebra sus 80 años de existencia. Ocho décadas que encierran, además, decenas de historias, de anécdotas y datos desconocidos. Quadratín México recaba algunos de éstos.
*El Palacio de Bellas Artes tiene como antecedente inmediato al antiguo Teatro Nacional, llamado también Teatro Santa Anna, que se encontraba en la calle de Bolívar (antes Vergara) y cerraba la de 5 de Mayo. Fue demolido entre 1900 y 1901.
*Fue el presidente Porfirio Díaz quien mandó a construir un nuevo teatro para conmemorar el Centenario del inicio de la Independencia de México.
*A finales de 1901 se decidió su ubicación actual: en avenida Juárez, a un costado de la Alameda Central. En el predio seleccionado se encontraba un convento de monjas llamado La Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel.
*En un inicio el proyecto recayó en manos del arquitecto italiano Adamo Boari y del ingeniero mexicano Gonzalo Garita; sin embargo, este último se separó de la obra por desacuerdos con el italiano, quedando Boari como único responsable.
*Oficialmente, su construcción comenzó en octubre de 1904. El objetivo inicial era concluirlo en cuatro años, pero su edificación duró tres décadas.
*El aumento en los costos de la obra, problemas técnicos —como el hundimiento de la estructura—, y sobre todo el estallido de la Revolución en 1910, fueron los principales motivos que demoraron su conclusión.
*Entre 1913 y 1929, varios fueron los intentos por proseguir su construcción. En 1927, de hecho, el propio Boari presentó un proyecto para transformarlo en cine; le llamó Cinema México. Obvio: el proyecto no fue aprobado.
*Antes de su inauguración oficial, y todavía inconcluso, el edifico abrió sus puertas para ofrecer en él algunas representaciones operísticas entre 1928 y 1932. Así, el 16 de septiembre de 1928 el público disfrutó Atzimba, de Ricardo Castro.
*En 1930, bajo la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, los trabajos para terminar el que al principio iba a llamarse Teatro Nacional se reanudaron. Tras la partida de Boari a Italia, el arquitecto mexicano Federico E. Mariscal continuó la obra.
*En 1932, y con el apoyo del secretario de Hacienda, el ingeniero Alberto J. Pani, se puso en marcha definitiva su construcción. Dado que la idea era concebir un edificio que albergara varios museos, y que además fuera algo más que un teatro, se decidió cambiar el nombre, de Teatro Nacional al de Palacio de Bellas Artes.
*Aunque fue concluido en marzo de 1934, abrió sus puertas unos meses después: “Hoy, 29 de septiembre de 1934, declaro inaugurado el Palacio de las Bellas Artes, centro de divulgación cultural, uno de los puntos básicos del programa revolucionario”, dijo, durante su apertura, el entonces presidente del país, Abelardo L. Rodríguez.
*La ceremonia de inauguración se dividió en dos programas. Por la mañana, la ya desaparecida Orquesta Sinfónica de México, acompañada por los coros del Conservatorio Nacional, interpretó el Himno Nacional. Además, estrenó la obra Llamadas, sinfonía proletaria, que para la ocasión compuso Carlos Chávez. Por la tarde se montó La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, a cargo de la Compañía Dramática del Palacio de Bellas Artes; como director de escena estuvo Alfredo Gómez de la Vega.
*Entre los invitados a la inauguración hace 80 años estuvieron la actriz Dolores del Río; el dramaturgo y escritor mexicano Rodolfo Usigli.
*El famoso “portazo” también hizo su aparición durante la inauguración. Una crónica del Excélsior de aquel año, apuntó: “La multitud era tan arrolladora y la reclamación del derecho de acceso tan enérgica, que la policía hubo de intervenir para detener la avalancha humana, procurando la dispersión del pueblo allí reunido”.
*Entre Porfirio Díaz, quien fue el que encomendó la construcción del recinto, hasta Abelardo L. Rodríguez, quien lo vio ya concluido e inaugurado, pasaron 16 presidentes (incluido Pedro Lascuráin, quien se mantuvo en el cargo alrededor de 45 minutos).
*El primer director del recinto fue Antonio Castro Leal. Desde su inicio, le dio su carácter múltiple: impulsó el arte prehispánico, la plástica mexicana, también la dramaturgia y la música. Además, programó conferencias y coordinó la edición de publicaciones sobre la cultura de México.
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*Un día después de inaugurado el recinto —el 30 de septiembre de 1934—, el violinista Jascha Heifetz y el pianista Emanuel Bay ofrecieron un recital en la sala principal, quedando registrado como el primer concierto de manera oficial.
*En octubre de 1934, se efectuó el primer recital de artistas mexicanos: Esperanza Pulido y Antonio Gómezanda interpretaron a Mozart en la entonces conocida “pequeña sala de conferencia” (hoy Sala Manuel M. Ponce).
*A beneficio de niños pobres de la colonia Morelos, y con un costo de tres pesos luneta y 50 centavos galería, se dio en el Palacio de Bellas Artes la primera representación operística. Ocurrió el 22 de marzo de 1935, y fue Tosca, de Puccini, a cargo de la Compañía de Ópera de Esperanza González de Manero.
*Los prodigios también llegaron al recinto de mármol. Los Niños Cantores de Viena se presentaron ahí por vez primera en agosto de 1937. Unos años después, en enero de 1951, el entonces niño italiano Ferruccio Burco dio su primer concierto de gala como director de orquesta. Mucho más cerca, en 2014, la pianista mexicana Daniela Liebman debutó con éxito a sus 11 años.
*En septiembre de 1944, Pedro Infante y Tito Guízar, acompañados del Mariachi Vargas, fueron los primeros artistas populares que se presentaron en el Palacio de Bellas Artes, en una función “pro-monumento” a Lucha Reyes.
*El 23 de mayo de 1950 debutó en el escenario de Bellas Artes María Callas. En aquella gira se realizó la célebre función de Aída, en la cual la soprano intercaló un memorable mi bemol al final del segundo acto de dicha ópera.
*En 1952 se transmite desde el Palacio de Bellas Artes, por primera vez a los hogares mexicanos, una función de ópera: Manon, de Massenet. La señal es XHTV, en Canal 4.
*El jazz entró al recinto en enero de 1962, cuando se presentó el sexteto de Chilo Morán. Tras él, llegó una estela de grandes jazzistas.
*El Palacio también recibió el folklor hispanoamericano. El primero de ellos fue Joan Manuel Serrat, en 1969. Le siguieron, entre otros, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Óscar Chávez o Nana Mouskouri.
*Lola Beltrán es la primera mujer cantante ranchera en presentarse con mariachi, en 1976.
*De los ochenta a la fecha, han desfilado varios artistas de corte popular —algo que ha causado polémica por haberles concedido el acceso al recinto—; se han presentado, entre otros, Guadalupe Pineda, Juan Gabriel, Chavela Vargas, Alejandro Fernández y Nortec Collective (con todo y tambora).
*El espacio cultural ha servido, en varias ocasiones, para realizar homenajes póstumos y velar a los artistas. Uno de los primeros fue el director de orquesta Clemens Krauss, a quien la muerte le sorprendió en México en 1954. Ese mismo año, también fue velada la mexicana Frida Kahlo.
*Según consta en crónicas y grabaciones, entre los homenajes póstumos más multitudinarios, realizados en el recinto, están: el de Agustín Lara, Lola Beltrán, Mario Moreno Cantinflas, Octavio Paz, María Félix, Carlos Monsiváis, Chavela Vargas y Gabriel García Márquez.
*El Palacio de Bellas Artes también ha funcionado en varias ocasiones como recinto oficial del Congreso de la Unión. Lo fue para las tomas de posesión de los presidentes: Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, y Gustavo Díaz Ordaz. También José López Portillo rindió ahí sus informes de gobierno tercero y cuarto y Carlos Salinas de Gortari el primero de su sexenio.