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MÉXICO, DF, 2 de octubre de 2014.- A comparación del 2013, la marcha conmemorativa de la matanza del 2 de Octubre de 1968 transcurrió sin violencia, sin policías que acompañaran la manifestación para evitar fricciones, con el ingreso de los manifestantes al Zócalo capitalino y un homenaje al luchador social Raúl Álvarez Garín, fallecido el pasado 26 de septiembre.
La manifestación de este año terminó con saldo blanco.
A 46 años de la masacre en Tlatelolco, los manifestantes reivindicaron las demandas de justicia, libertad y democracia del movimiento del 68, a las que se suman otras como la presentación con vida de los normalistas de Guerrero desaparecidos, el respeto a la lucha de la tribu yaqui por su territorio y al movimiento estudiantil del Politécnico.
Poco antes de las 15:00 horas, los Huelum y Goyas comenzaron a resonar en la Plaza de las Tres Culturas, donde cientos de personas, en su mayoría jóvenes, comenzaron a agruparse en contingentes para partir rumbo al zócalo capitalino.
Como cada año, el Comité 68 Pro Libertades Democráticas encabezó la movilización que agrupó a 25 mil manifestantes -según cifras del gobierno capitalino-, con una manta en la que aparecía el rostro de Raúl Álvarez Garín.
La marcha partió en punto de las 16 horas con los contingentes de universidades Nacional Autónoma de México (UNAM), la Autónoma Metropolitana (UAM), y la Autónoma de la Ciudad de México (UACM), así como el Instituto Politécnico Nacional (quienes asistieron a título personal, no como una delegación del movimiento estudiantil), detrás del Comité, seguido de las organizaciones sociales, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
En medio de consignas como «¡Se ve, se siente: Raúl está presente!», «¡México sin PRI!» y «¡Peña, Echeverría, la misma porquería!», la movilización transcurrió prácticamente sin incidentes y arribó hora y media después a la plancha del Zócalo.
Durante el trayecto, centenas de personas atestiguaron el paso de los manifestantes, algunos en silencio y otros se sumaron a las proclamas.
¿Y los anarcos?
La tarde del 2 de octubre no representó un capítulo de violencia en la edición 46 de la conmemoración de la matanza de Tlatelolco.
A diferencia del año pasado, el Bloque Negro y Estrella Negra no provocaron desmanes ni enfrentamientos a gran escala, solamente se reportaron destrozos de vidrios de algunas sucursales bancarias y de un cajero automático en la avenida Flores Magón.
Las consignas en contra del Gobierno federal y de la administración de Miguel Ángel Mancera fueron las más recurrentes, las pintas en paredes, cortinas y puestos de periódicos fueron los blancos para firmar sus quejas.
“No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”, fue el grito de ‘guerra’ de los llamados anarquistas al momento de ingresar al primer cuadro de la ciudad, al llegar a la calle de Palma arrojaron piedras a los vidrios de un banco, al verse frustrados por no poder destruir más cosas.
“Ya no vamos a destrozar nada más, todo está tapado, igual pa la otra y ya veremos que nos echamos”, comentó un anarquista que no pudo arrancar la bocina de un teléfono público en la calle de 5 de Mayo.
Por tercera ocasión en este año, después del 1 de Mayo y de la marcha masiva del IPN el 30 de septiembre, no contó con el acompañamiento de elementos de la policía ya que se llegó a un acuerdo entre GDF y la Segob para evitar confrontaciones.
Ante estas circunstancias, los encapuchados arribaron a la Plaza de la Constitución, descansaron, fumaron marihuana, se tomaron la ‘selfie’ y se retiraron para esperar la siguiente marcha para “echar desmadre”.
El “goteo” de la retaguardia
Fue hasta minutos después de las 5 de la tarde que la última parte del contingente avanzó hacia el Zócalo capitalino, el grupo estaba conformado por Ejidatarios de San Salvador Atenco, manifestándose contra la construcción del nuevo Aeropuerto; el Sindicato Mexicano de Electricistas, quienes desde la desaparición de Luz y Fuerza del Centro se hacen presente cada año y dos grupos de los Colegios de Ciencias y Humanidades de Azcapotzalco y CCH Sur.
Conforme avanzaba el contingente, pequeños grupos de presuntos anarquistas comenzaron a infiltrarse de a poco en los grupos, bajo la dinámica de ‘goteo’, se incorporaban a los sectores manifestantes que blindaban sus grupos con lazos, replicando el modelo que usara el Instituto Politécnico Nacional hace unos días.
El momento más complicado para la retaguardia del contingente fue cuando un grupo de los llamados «anarquistas», vestidos de negro, con palos en la mano corrieron en desbandada para incorporarse en el bajo puente de Eje Central y Reforma, intentando intimidar a los marchistas, quienes al percatarse de lo que ocurría se replegaron en las paredes del túnel, protegiendo primordialmente a las mujeres.
Finalmente a paso lento, el mítin continuó avanzando con ‘carreras’ de los estudiantes preparatorianos, a los que se unieron miembros del SME y hasta Atenco, para llegar a la Plaza de la Constitución más de una hora después de que arribara el Comité 68.
Politécnicos, normalistas y yaquis, las nuevas banderas
El mitin inició con la participación de Félix Hernández Gamundi, del Comité 68, Recordó la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968, y como cada año pidió guardar un minuto de silencio por los estudiantes, por los compañeros caídos aquella tarde en la Plaza de las Tres Culturas.
Tampoco faltó el grito de «2 de Octubre no se olvida, es de lucha combativa».
Como cada año, nuevas demandas y nuevos movimientos se agregaron. Si en 2013 estaban frescos en la memoria el desalojo de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el maestro Alberto Patisthán, que purgaba una condena injusta, este año los temas que prendieron a los asistentes fueron la muerte y desaparición de los estudiantes en Ayotzinapa, Guerrero, la lucha de los yaquis por recuperar su agua, y las demandas politécnicas.
Los huelum fueron repetitivos, y todos los que hablaron en el templete no dejaron de mencionarlo.
Humberto Medina habló a nombre de los politécnicos
El estudiante de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura de Zacatenco, señaló que luego de más de 15 días de lucha «seguimos combativos» y reiteró las demandas del movimiento estudiantil del Politécnico.
De Guerrero la Coordinadora de la Policía comunitaria de Olinalá, Néstora Salgado, y presa en Nayarit envió un audio de solidaridad. Acusada de 48 secuestros y cuyo caso han retomado diversas organizaciones de derechos humanos.
Además de acusar al Gobernador de la entidad, Ángel Aguirre Rivero de tenerla presa injustamente pidió no dejar solos a los «muchachos» de Ayotzinapa.
«A los compañeros del Politécnico gracias por el apoyo a estudiantes de Ayotzinapa».
También habló un representante de la tribu yaqui, quien habló en su lengua indígena y después en español.
«Disculpen si no puedo expresar como debe ser. No soy instruido, no soy licenciado, pero tengo la razón», se excusó mientras era ovacionado.
Acusó al gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, de intentar exterminar a la tribu con el trasvase del río Yaqui a través del Acueducto Independencia.
Acto seguido pidió el apoyo del Presidente Enrique Peña Nieto.
«Prometió que nos iba a ayudar por el agua y acompañar con Constitución que nos rige», recalcó.
Además participaron otros contingentes cuya presencia se ha vuelto recurrente en la marcha: ahí estaban los macheteros de Atenco, cuya bandera es la defensa de la tierra y su oposición al nuevo aeropuerto.
También asistió el contingente de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas.
El acto concluyó con la participación de una anarquista. Con el rostro descubierto, defendió sus banderas están contra el Ejército, contra los bancos y contra las trasnacionales.
Pero como muestra de buena voluntad, mostró su rostro, y sus compañeros no hicieron desmanes. Ni ellos ni ningún contingente. Ese fue el tono de la marcha.