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MÉXICO, DF, 9 de octubre de 2014.- En un acto protocolario, el Pleno de la Cámara de Diputados otorgó la Medalla al Mérito Cívico Eduardo Neri y Legisladores de 1913, a la ministra Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila por su destacada labor como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde 1995.
En Sesión Solemne, este jueves la Mesa Directiva destacó la imparcialidad en la aplicación del derecho por primera vez en la historia a una mujer, quien fue propuesta por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su rector, José Narro Robles, con el ánimo de premiar el desempeño académico y profesional de la destacada integrante de la comunidad universitaria.
La ministra federal, quien llevó el polémico caso de Florence Cassez, es conocida por su sentido liberal, pues ha externado que su bandera siempre ha sido la defensa de los derechos fundamentales, la niñez mexicana y los derechos de las mujeres.
Sólo 12 han sido reconocidos con la máxima distinción que concede el Palacio Legislativo de San Lázaro. A esto, el diputado del PAN desde tribuna expresó que “este reconocimiento llega tarde, pues son muchas las mexicanas que reúnen los requisitos para ser distinguidas con la presea”.
Al tomar la palabra, la primera mujer que fue notaria pública por oposición en la capital del país, enalteció el reconocimiento a nombre de las mujeres mexicanas.
“Vengo aquí con el carácter imparcial y la alta investidura que me ha sido otorgada por la magistratura constitucional que desempeño; pero también con modestia ciudadana”, enunció ante el Salón de Plenos.
“Recibo esta presea asumiendo lo que ha sido una constante en mi vida: el compromiso irrestricto, como jueza constitucional, de atenerme a la máxima objetividad e imparcialidad. Al defender la dignidad de las personas, siempre tengo presente el ideal de que, al hacerlo, también se dignifican las instituciones del Estado mexicano”, subrayó.
Olga Sánchez Cordero refrendó su compromiso ante el Poder Legislativo de defender la dignidad humana y los derechos humanos, así como promover el ejercicio de los derechos, impedir la discriminación, garantizar la igualdad, respetar la libertad la libertad de expresión, la libertad religiosa, fortalecer la laicidad.
Al pronunciarse por los diversos sectores del país, la ministra dijo que en estos tiempos ser mujer, anciano, niña o niño, discapacitado, indígena, migrante o pobre, “en México es ser altamente vulnerable”.
“Alguien que priva de la vida a otro destruye su humanidad; quien impide a alguien alzar su voz, silencia la voz de todos; quien no ve a la mujer como igual, nos discrimina a todas; quien no respeta a los ancianos, no respeta su propio devenir; quien excluye a los indígenas, olvida su pasado; quien vulnera la integridad física de un niño, aniquila sus emociones y acaba con el futuro del país; quien no es sensible a la condición de personas en pobreza o discapacidad, elimina la condición humana”, continuó en su discurso.
Hizo un especial énfasis en un tema que dijo no pudo soslayar, “dignificar a las mujeres en este país en particular”.
Además de la medalla, la magistrada Sánchez Cordero Dávila recibirá una suma de dinero equivalente a tres veces la dieta mensual de un ciudadano diputado.
A lo anterior, los grupos parlamentarios del PT y Movimiento Ciudadano estuvieron en desacuerdo al cuestionar si se debe honrar al Poder Judicial Federal cuyos miembros ganan 500 mil pesos mensuales.