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MORELIA, Mich., 18 de octubre de 2014.-Toritos de petate, mimos, gente bailando y uno que otro lanzando cascarones de huevo con confeti, fueron de las cosas que se pudieron vivir mientras se caminaba por la avenida Madero, rumbo a la Catedral este sábado.
Entre el habitual tráfico del Centro, en esta ocasión suscitado por los toritos, la gente se bajaba de los transportes y optaban por caminar hacia sus diversos.
Los alrededores de la Plaza Melchor Ocampo, se encontraban llenos de morelianos en esperas de que comenzara el ya tradicional espectáculo de luces que la Catedral Moreliana ofrece cada sábado, el cual en esta ocasión celebraba la inauguración del primer de reloj con cuatro caratulas ubicado en la torre oriente.
La celebración estuvo acompañada del coro Suma de Voluntades, el cual animó la celebración. Papás, amigos e incluso desconocidos mostraban su apoyo hacia estos niños cantores mientras coreaban la primera pieza que interpretaron.
Personas de todas las edades se acercaban con entusiasmo, llegando a atiborrar la Avenida Madero hasta la altura de Plaza de Armas.
Dieron las 20:50 horas, se detonó la lluvia, ocasionando que algunas familias se marcharan y obligando a otras a orillarse a las calles, refugiándose en los negocios cercanos.
Aunado a esto el ánimo no decaía, el coro continuaba cantando mientras la lluvia se calmó y la gente se comenzaba a acercar nuevamente, mientras se anunciaba la cuenta regresiva para encender los nuevos relojes; entre aplausos los presentes secundaron el conteo, mirando fijamente hacia la torre oriente.
Al terminar la iluminación del reloj, Lázaro Medica y Suárez Inda, agradecieron la asistencia al evento mientras anunciaban el ya tradicional encendido de la Catedral moreliana, acompañados de aplausos de los presentes.
Niños, jóvenes y adultos se encontraban empapados por la lluvia, pero eso no les impidió quedarse a apreciar el espectáculo de luces, el cual fue acompañado de las orquestas y guitarras de la suma de voluntades, quienes interpretaban cielito lindo al ritmo de los fuegos pirotécnicos.
Mientras los portales se aglutinaban de gente al terminar el espectáculo, algunos otros recurrían al transporte público, con comentarios de satisfacción y orgullo por la belleza de esta edificación representativa para la capital michoacana.