Rubén Rocha no está solo, lo respalda Federación y Morena: Alcalde
JUCHITÁN, Oax., 24 de octubre de 2014.- Inicia el proceso de consulta, en la jurisdicción de Juchitán de Zaragoza, para la construcción y operación de 132 aerogeneradores más, promovido por la empresa Energía Eólica del Sur y anunciado por las autoridades responsables (El Ayuntamiento juchiteco, la Secretaría General de Gobierno del Estado de Oaxaca y la Secretaría de Energía del Gobierno Federal).
La convocatoria informa que la consulta tendrá 5 etapas: 1) Fase de Acuerdos Previos; 2) Informativa; 3) Deliberativa; 4) Consultiva y, 5) Fase de Seguimiento de Acuerdos; durante las cuales se entregará información previa y suficiente sobre el proyecto, se garantizará la participación del pueblo, y se buscará alcanzar los acuerdos necesarios para la construcción y operación del parque eólico.
La observación positiva sobre el asunto es, que el capital privado y gobierno se obligan por primera vez a acatar las leyes nacionales y convenios internacionales como el 169 de la OIT, y llevarán a cabo este proceso en Juchitán, después de haber impuesto en la región, sin consulta previa, 16 parques eólicos (más de 850 aerogeneradores) que impactan una superficie mayor a 50 mil hectáreas.
El lado oscuro del asunto es que la consulta previa no tendrá como objetivo alcanzar el consentimiento sobre la instalación o no del parque eólico (Protocolo para la implementación del proceso de consulta… de fecha 12 de marzo 2014), ni será mediante procedimientos honestos y democráticos, puesto que el flujo anticipado de dinero para la manipulación del proceso, por parte de la empresa eólica, moviliza ya a favor del proyecto a líderes políticos locales y organizaciones de la construcción y de acarreo de materiales.
Sin embargo, este hecho de llevar a consulta el proyecto, abre un espacio favorable de discusión que arrojará, por más tendenciosa que sea la consulta, respuestas que reconozcan y protejan los derechos e intereses de los lugareños.
Por lo que las preguntas para la consulta deben ser puntuales y comprensibles, que generen respuestas categóricas, y que éstas sean publicadas en prensa, radio y portal electrónico creado para el caso, para que la discusión sea amplia y transparente a fin de alcanzar los acuerdos posibles.
En el proceso se tendrá que responder con claridad y precisión a las preguntas obvias sobre los impactos ambientales, sociales, económicos y culturales, además de las siguientes que son ineludibles:
¿Habrá una tarifa eléctrica preferencial para el municipio? ¿Se regulará el pago por renta de tierra a los propietarios, para que éste sea acorde a los ingresos brutos por la venta de energía y podrán ser considerados como socios de la empresa?
¿Se establecerán los acuerdos necesarios entre empresa y gobierno para atender la contaminación, asegurar el libre tránsito de los pobladores por los caminos que conducen a los parques eólicos, hoy resguardados por guardias privadas, y se garantizará que los propietarios puedan disponer de su documento de propiedad para conseguir créditos de cultivo?
¿Se garantizará en algún documento-compromiso, que los egresados de educación media superior y superior de la región, sean contratados de manera preferente en este parque eólico? ¿Gobierno y empresa crearán y costearán un Plan de desarrollo agropecuario y piscícola, paralelo al del aire, en beneficio del Municipio?
¿Se crearán naves industriales en la región para la instalación de empresas que abastezcan al complejo Eolo-eléctrico? ¿El gobierno federal y estatal se comprometerá a interceder ante organismos crediticios y avalar el financiamiento para que los istmeños que así lo deseen construyan empresas de generación eléctrica?
¿Se dejará de criminalizar y hostigar la protesta contra los proyectos eólicos y se absolverán los cargos imputados indebidamente a Betina Cruz Velázquez, defensora de los derechos de los pueblos zapotecos e Ikoots y opositora a proyectos eólicos en la región?
Lo cierto es que la instalación y operación de este nuevo parque eólico en Juchitán, no significará beneficio alguno para el municipio, puesto que los impactos ambientales, sociales, económicos y culturales serán ruinosos.
Esta aseveración se sustenta en la experiencia del mundo con los proyectos mercantiles, como el parque eólico que se pretende en Juchitán, (que su objetivo fundamental es el negocio, la máxima ganancia), que siempre arrojan más daños que beneficios.
Pero esta es mi primera impresión sobre el asunto, ojalá que todos los juchitecos participen en la consulta, puesto que la mejor opinión se construye entre todos, y el diálogo es el instrumento civilizado y potente para alumbrar soluciones y caminos. No dejemos de pasar esta oportunidad, porque los únicos culpables de todo lo que nos pasa somos nosotros por dejados.
Por último, para clarificar nuestra visión, les dejo este fragmento del artículo: ¿El viento es nuestro?, que apareció en La Jornada, el 14 de septiembre de 2013, del investigador Juan Carlos Ruiz Guadalajara:
“En su lógica de máxima ganancia las trasnacionales pretenden contar para el 2030 con cinco mil aerogeneradores en el Istmo para producir hasta 7 mil Mw, equivalentes al 10 por ciento de la producción nacional, lo que impactaría, en cálculos conservadores, más de 150 mil hectáreas de tierras ejidales y comunales, además de daños a ecosistemas asociados, afectaciones profundas a las relaciones sociales y económicas de la región y pérdida de soberanía política y energética”
“La publicitada limpieza de la energía eólica en México es un mito: su origen mercantil y masivo tiene como destino final industrias depredadoras, no el beneficio social.
La embestida trasnacional sobre los recursos eólicos del país incluye múltiples estrategias: reclutamiento de ex funcionarios como Georgina Kessel, ex secretaria de Energía y actual asesora de Iberdrola; cabildeos políticos para modificar la Constitución y consolidar la privatización del sector energético; inducción de conflictos comunitarios y violencia social; despliegue de organizaciones no gubernamentales trasnacionales y mercenarias para penetrar comunidades, como el caso del Barefoot College al servicio de la italiana Enel en Oaxaca, etcétera”
Guidxiguie’, beeu bichí’, iza 2014.