Corrupción: un país de cínicos
¿Recuerdan la conmoción económica en México de 2009, dadas las medidas epidemiológicas por el virus de la influenza A(H1N1)? Hoy, el virus del ébola tendrá impactos mundiales. ¿Qué es posible esperar en México, desde la perspectiva económica? Hasta el día de hoy, el impacto del ébola en nuestro país es prácticamente nulo, pero nada nos garantiza que la situación vaya a permanecer así. Analicemos el impacto del ébola en las economías africanas.
De los cinco países africanos donde se está dando el brote, Senegal y Nigeria han logrado mantener la infección bajo control; no es este el caso de Guinea, Liberia y Sierra Leona, que están sufriendo seriamente los efectos de la epidemia en diversos ámbitos, entre ellos, el económico.
Datos del Banco Mundial acerca del impacto de la epidemia de ébola en el crecimiento proyectado de los tres países africanos más afectados por el virus.
El ébola no ha afectado a México fundamentalmente porque los países donde está en expansión representan una minúscula parte de la economía mundial y porque no tenemos con ellos relaciones comerciales importantes.
A pesar de lo anterior, no hay que perder de vista que el virus también podría llegar a México a través de una nación intermediaria.Y
Ya un liberiano infectado que viajó a Texas se convirtió en la primera persona con ébola diagnosticada en Estados Unidos. Tenemos en la frontera norte al país más dinámico del mundo con personas que llegan a él de todo el planeta. Eso es un riesgo para nosotros que, sin embargo, se ve mitigado por el extenso sistema de salud estadounidense y por sus amplios recursos económicos.
España, otro país muy expuesto al ébola por sus intensas relaciones migratorias con el continente africano, mantiene vínculos estrechos con México.
En términos generales la epidemia afectaría a nuestra economía por dos vías:
1. Por los efectos directos e indirectos de la enfermedad en sí y de su mortalidad: enfermos que no pueden ir a trabajar; muerte de infectados que representa pérdida de capital humano. Familias que deben recurrir a sus ahorros para atender a sus miembros enfermos.
Imaginemos agricultores incapacitados para hacer su trabajo debido a la epidemia. Esto significaría menos cosechas, por consiguiente, escasez de productos y por lo tanto aumento en los precios.
Cualquiera podría esperar que lo anterior sea la principal causa de afectación a una economía en caso de epidemia. Por el contrario, es responsable apenas del 10 al 20% de los daños. El otro 80 a 90% se lo debemos al segundo factor.
2. La Conducta de Aversión. Se trata de la conducta que las personas muestran con el fin de evitar la exposición a situaciones en las que según su criterio estarían en riesgo de contagio.
La llegada del ébola a México podría desatar en la población una conducta de aversión similar a la que sucedió con la influenza en 2009: gente que evita las aglomeraciones, que no va a conciertos, a partidos de futbol, que evita las cafeterías y los restaurantes, que incluso falta al trabajo por miedo a contagiarse en el transporte público. Esta es la razón principal por la que la economía pierde dinamismo y el bolsillo de todos sale perdiendo.
¿Qué pasaría si la epidemia llegara aquí? ¿De qué manera afectaría esto a la economía mexicana? ¿Acaso el tamaño de nuestra economía es decir, nuestro PIB, descendería tan brutalmente como le sucede hoy a las naciones africanas? ¿En qué medida se verían trastornadas las finanzas de las personas? Por fortuna, tenemos una experiencia reciente que nos proporciona una guía para acercarnos a la respuesta.
Según dio a conocer el entonces Secretario de Salud José Ángel Córdoba, el brote de influenza causó la pérdida de 0.7 puntos del PIB, lo cual se tradujo en ese momento en una afectación por 57 mil millones de pesos.
¿Puede este dato darnos una pista de cuál sería la magnitud del daño de una epidemia de ébola en el país? Tal vez sí, especialmente si lo usamos junto con la experiencia que actualmente nos proporcionan los países de África.
Según el Banco Mundial, la razón por la que Senegal y Nigeria están lidiando relativamente bien con la epidemia, es que sus economías y sus sistemas de salud son más grandes y fuertes que los de los países más afectados. Tomando en cuenta al mismo tiempo que el sistema de salud mexicano es más sólido que el de Senegal y Nigeria, sería razonable esperar que nosotros podamos controlar tan bien como ellos la enfermedad.
A diferencia de lo que sucedió con la influenza H1N1 que fue un virus nuevo y que nos tomó completamente por sorpresa, nosotros sabemos que el ébola está ahí y que puede llegar en cualquier momento.
Durante la epidemia de influenza de 2009, debido a la incertidumbre sobre la peligrosidad del virus y a la certeza de que se transmitía por medio del aire, varios partidos de futbol se realizaron a puerta cerrada, implicando pérdidas económicas. En el caso del ébola, sabiendo que no se contagia por esta vía y conociendo el virus con mayor profundidad, sería posible no llegar al extremo de cancelar este tipo de espectáculos públicos y aun así disfrutarlos de manera segura.
Las pérdidas económicas del sector turismo y por consiguiente de los mexicanos que dependen de este sector, fueron cuantiosas (miles de millones de dólares), pues nuestro país era visto como el mismísimo foco de origen de la infección. Si el sector salud responde adecuadamente controlando un futuro brote de ébola en el país, el sector turístico no se verá afectado.
Tomando en cuenta todo lo anterior y aunque una cifra más precisa tendría que obtenerse de modelos económicos y epidemiológicos específicos, podríamos esperar de manera razonable que el impacto económico del ébola sea menor en México que el que se está presentando en África e incluso menor que el que se presentó en la epidemia de influenza de 2009.
Lo que sí debe tenerse por seguro es que con la llegada del virus, algún tipo de impacto económico sería inevitable. Aunque no se pueda descartar una epidemia de grandes proporciones, ya dimos ciertos argumentos para esperar unos efectos más bien moderados. Sin embargo el impacto real dependerá tanto de la respuesta gubernamental por un lado, como de la respuesta del ciudadano por el otro
Suponiendo que el sistema de salud se comporte a la altura de las circunstancias, el daño económico de la enfermedad dependería más de la conducta de aversión que muestren las personas, lo cual a su vez dependerá del conocimiento veraz que tengamos acerca de la naturaleza y de las características del virus y de la enfermedad que este provoca.
En lo que se refiere al manejo de enfermedades infecciosas, el brote de influenza de 2009 fue para nosotros lo que el Terremoto de 1985 representó en el ámbito de los desastres naturales: nos hizo tomar conciencia, nos hizo aprender.
El reglamento de construcción mexicano se considera en la actualidad uno de los mejores del mundo. La ciudad de México, devastada hace casi 30 años por el sismo, ha sido capaz de resistir prácticamente sin daños temblores que rondan los 7.5 grados; la cultura de la protección civil, que antes no existía, hoy se fomenta y se pone en práctica, por mucho que todavía haga falta avanzar en múltiples sentidos.
Como en pocos lugares en el mundo, los mexicanos sabemos en carne propia lo que se siente lidiar con un virus potencialmente mortífero. Ante el riesgo del ébola, la Secretaría de Salud se encuentra aplicando los protocolos de la Organización Mundial de la Salud, y ya hemos visto por experiencia, que se trata de una tarea que podemos hacer bien.
Para saber más
http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2014/09/17/ebola-economic-i
mpact-serious-catastrophic-swift-response-countries-international-community-world-bank
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs103/es/
http://who.int/csr/disease/ebola/ebola-6-months/guinea/es/
Video
¿Dónde serán atendidos los posibles casos de Ébola que se presenten en México?
https://www.youtube.com/watch?v=Y5YaBLz8oA0
*Biólogo de la Facultad de Ciencias UNAM. Colaborador de Luciérnagas, Creatividad, Conocimiento y Sociedad. Docente. Divulgador de la Ciencia, DGDC, UNAM. Colaborador en el Museo Interactivo de Economía en el programa Guías para Entender de Sustentabilidad. Expositor en el área de Cultura General relacionando diversas áreas del conocimiento Humano.