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MÉXICO, 4 de noviembre de 2014.- La ley que prohíbe animales en los circos en el Distrito Federal podría ser echada para atrás.
El diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rubén Escamilla, presentó ante el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) una iniciativa para modificar la ley para la Celebración de Espectáculos Públicos del DF.
El asambleísta propuso que se mantenga la prohibición, “siempre y cuando se carezca del certificado de salud animal emitido por la autoridad correspondiente”.
Con dicho certificado se abre la puerta a que los animales formen parte de espectáculos públicos, como son los circos, en tanto se encuentren en óptimas condiciones, y se mantiene la prohibición de usarlos sin la certificación que demuestre que no sufren maltrato.
Escamilla reconoció que la ley, aprobada el 9 de junio de este año 2014 por la ALDF y publicada el 15 del mismo mes, resultó un avance en la protección de los animales.
“Sin embargo es inadecuado e insuficiente”, expresó ante el Pleno.
La iniciativa de Escamilla fue turnada a las comisiones de Medio Ambiente y Administración Pública.
Además, provocó un revuelo afuera del recinto legislativo, donde acudieron integrantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), principales impulsores de la ley aprobada en junio, y trabajadores de circo, quienes se quejan de que con dicha legislación sus lugares de trabajo están moribundos.
Los cirqueros llegaron poco después de las 9:00 horas, y unos minutos después llegaron los del Verde. Se enfrentaron con consignas y gritos, y su presencia obligó al cierre de Donceles y Allende.
Mientras los cirqueros ponían a todo volumen una grabación donde acusaban al PVEM de ser un partido familiar, promover la pena de muerte, y de incumplir lo que promete, otros gritaban “Ni un voto al verde”, y unos más realizaban acrobacias o tocaban unos tambores.
En tanto los del Verde, quienes se identificaban por portar playeras blancas con la leyenda “No hay marcha atrás” gritaban su consigna de “Circo sí, pero sin animales” y no se quedaban atrás en hacer ruido.
La presencia de ambos grupos obligó al cierre al tránsito vehicular en las calles de Allende y Donceles.
El caos se agravó cuando a eso de las 10:30 horas llegaron granaderos a resguardar el recinto, y después se sumaron taxistas para pedir a las autoridades de transporte acabar con el transporte público pirata.