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MÉXICO, DF, 7 de noviembre del 2014.-Esta tarde, el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, ofreció una conferencia de prensa en la que detalló, paso a paso, los hechos ocurridos entre la noche del 26 y las 15:00 horas del 27 de septiembre, horas en las que según especificó, fueron asesinados, quemados y descuartizados los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
“En los 33 días que lleva la investigación no se han detenido las acciones de búsqueda de los desaparecidos por el Gobierno de la República. Hemos vivido la indignación de esta desaparición y el Gobierno de la República. Hemos vivido la indignación de esta desaparición. El gobierno federal ha hecho una de las acciones más complejas de las que se tiene registro, con apoyo de soldados, marinos y policías”.
El procurador explicó que la detención de los asesinos de las seis personas la noche del 26 de septiembre en Iguala, así como la de Sidronio Casarrubias, líder de los Guerreros Unidos, quien “corrompió a las policías de Iguala y Cocula y de José Luis Abarca y su esposa”, les permitieron identificar pistas para avanzar en el caso.
Posteriormente se realizó la captura de otros tres integrantes de esta banda criminal: Patricio Reyes, Jonathan Osorio y Agustín García, cuyos testimonios y confesiones recabadas “apuntan muy lamentablemente a un homicidio de varias personas en el municipio de Cocula”, dijo Murillo Karam.
“Los normalistas salieron de Ayotzinapa a bordo de dos camiones hacia iguala. Llegaron a la terminal de Autobuses, donde tomaron otros dos camiones. José Luis Abarca se encontraba en un acto público con su esposa. Abarca estaba avisado de su arribo y dio la orden de contener a los jóvenes en estos cuatro camiones, según declaró el operador de la base de la policía de Iguala”, continúa la declaración.
“La policía de Iguala los trasladó a la comandancia de policía y fueron apoyados por policías de Cocula, para conducirlos a una zona intermedia entre Iguala y Cocula, llamada Loma del Coyote. En este punto los policías entregaron a los detenidos al grupo de los Guerreros Unidos. Esto descartó la primera hipótesis de que se encontraban los cuerpos en las fosas de Pueblo Viejo. Por ello los primeros restos hallados en ese lugar no correspondieron con los estudiantes. Estas personas fueron asesinadas en agosto”, explicó el funcionario.
Los tres sicarios detenidos, según indicó el procurador, declararon haber recibido a un número de personas “que no pudieron precisar, dicen que eran 44 o 43”. Los estudiantes fueron introducidos en un camión de 3.5 toneladas, desde donde los llevaron al basurero de Cocula. “Uno de los delincuentes, que trabajaba como halcón, declara haberlos visto pasar. Algunos llegaron sin vida, alrededor de 15, o inconscientes y otros fueron interrogados para saber por qué habían llegado a Iguala.
“Ahí mataron al resto”, declaró uno de los sicarios interrogado, “los quemaron y se quedaron asegurándose que durara horas el fuego con diésel, llantas, madera, plástico y todo lo que encontraron en la zona”. El fuego, dijo el procurador “duró desde la medianoche hasta las 15:00 horas del días 27. Los restos pudieron ser manipulados hasta las 17:30 horas. En el lugar se encontraron cenizas y restos óseos que correspondían a seres humanos.
Estos hechos fueron corroborados por dos empleados del área de Servicios Públicos de Cocula. Cuando iban en el camión, fueron interceptados por dos hombres armados y se les impidió el paso. Sin embargo no declararon por temor a represalias.
Según el testimonio del sicario interrogado, una vez calcinados los restos, recibieron la orden de fracturar los restos y depositarlos en bolsas negras que vaciaron en el Río San Juan. Sin embargo, Muurillo Karam negó confirmar la identidad de los normalistas desaparecidos con la de los restos encontrados, porque dijo «necesitan terminar las pruebas de ADN de los restos,con las de los jóvenes, en una labor encargada a un laboratorio especializado en Austria».
Finalmente, el procurador explicó que sostuvo por la mañana de este viernes una reunión con los padres de los estudiantes, «en los mismos términos y con las mismas precisiones, fue una reunión tranquila, muy respetuosa y muy triste, verdaderamente triste».