Visión Financiera
¿Amor o miedo?
Existen 10 acciones para blindarse de la influencia de entornos negativos como extrema violencia o crímenes de alto impacto social. Suelen emplearse en personas y empresas pero también pueden adaptarse a familias y países.
1.- Identificar. Entre mayor conocimiento se tiene de sí mismo más fuerte aparece la persona o empresa. Conviene recapitular la historia de éxito personal y laboral, avances, competencias, misión, visión y valores. No escatimar elogios propios y ajenos. El reconocimiento de los otros cuenta. A nivel personal se valen las recomendaciones de colegas, jefes, ex jefes y subalternos así como asociaciones profesionales, cámaras e instituciones educativas. En las empresas los clientes, proveedores y la propia competencia en áreas específicas es muy redituable.
2.- Generar certidumbre. Elemento que nos permiten tener seguridad en nosotros mismos. Se trata de un análisis de fortalezas, debilidades y oportunidades. Entre mayor claridad exista más certezas se generan respecto a los alcances. En las compañías conviene la institucionalización empresarial y el establecimiento de políticas claras respecto a perfiles de puestos y políticas de ascensos y promociones, por ejemplo. Esto reduce significativamente la percepción de injusticia (azar) dentro de la empresa.
3.- Clarificar. Tener claro que es prioritario para la organización o persona y qué desea lograr evita bandear y aparecer a merced de las circunstancias, es avanzar con una ruta definida, con un mapa. En las organizaciones esto se establece con metas de productividad cuantitativas. En los individuos operan los listados de objetivos mesurables.
4.- Comunicar. No basta tener claro quiénes somos y qué queremos. Falta emitir esta información a los demás. En la empresa esto se refiere a tener mensajes institucionales claves y oportunos en los públicos meta mientras como personas es entablar contacto con el primer círculo: familia, amigos, relaciones laborales, vecinos. La regla aquí es evitar aislarse o permanecer en silencio. Debe activarse la interacción entre departamentos al interior de la empresa, sociedades empresariales y circuitos empresariales en general mientras a nivel personal se requiere ser más gregarios, interactuar más con los demás, tomar parte activa de reuniones y conversaciones.
5.- Blindarse. Cuidar la información que se consume. Evitar medios de comunicación amarillistas, fotografías que provoquen emociones negativas, señalamientos de baja frecuencia, discursos derrotistas. Recordar que en entornos desordenados siempre existe alguien que pretende sacar ventaja. A nivel organizacional deben vigilarse los líderes de opinión no oficiales para evitar la propagación de rumores. Prevenir con información fidedigna sobre asuntos de interés general.
6.- Evitar juzgar. La emisión de juicios implica siempre un desgaste al ponerse en juego las propias convicciones y valores. Esto vale tanto para personas como empresas.
7.- Respetar. La diversidad es un gran valor a nivel personal y organizacional. En la medida que reconocemos que cada persona/empresa es única, más posibilidades tenemos de asumir la divergencia como parte de una vida personal o laboral armoniosa y digna. Apostar por la heterogeneidad.
8.- Integrar. No basta estar físicamente en una empresa o familia. Es necesario participar de la vida de esa organización. “Ser parte de” implica interacción, compañía, consejo. El “ponerse la camiseta” se logra a medida que las empresas ofrecen empoderamiento a cada uno de sus colaboradores y los integran a sus procesos. A nivel individual implica conformar un núcleo social sólido con familia, amigos, vecinos, colegas…
9.- Pedir ayuda. Solicitar apoyo es una acción intuitiva contra el miedo. Conviene gritar auxilio cuando vemos las propias capacidades rebasadas. A nivel personal esto se ejemplifica con la solicitud de un abrazo. Empresarialmente también se vale. “Por favor apóyenme”.
10.- Disfrutar. Gozar cada proceso, cada pequeño paso para el logro de un gran objetivo es la mejor vacuna contra el miedo.