Teléfono rojo/José Ureña
Una carta con copia a Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno, envió el jefe delegacional en Iztapalapa, Jesús Valencia, a su tocayo, el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, para que aclare sobre la detención de José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, y su esposa María de los Ángeles Pineda, el pasado 4 de noviembre, en un domicilio de la colonia Santa María Aztahuacán, en esa demarcación.
A Valencia y a muchos usuarios de redes sociales no les cuadra la versión oficial sobre la aprehensión de la pareja señalada como los responsables de dar la orden de desaparecer a los 43 normalistas y asesinar a otros 6.
Los Ecos del DF hacen saber que Valencia le indicó al cansado procurador, en una misiva enviada ayer, que Iztapalapa ha progresado, y que les extraña que los ahora detenidos se hayan escondido allí, en condiciones que no les favorecían, como el que se trataba de una casa abandonada, donde cualquier movimiento alertaría a los vecinos.
Algunos medios han informado que desde 12 días antes de que se conociera su detención, los Abarca fueron aprehendidos en Puebla, otros que en Xalapa, Veracruz.
Y más aún: algunos vecinos de la zona comentan que la noche anterior a la detención, un helicóptero aterrizó en un predio cercano a la casa de la colonia Santa María Aztahuacán y de él descendieron varias personas. A la mañana siguiente fueron capturados
El que la pareja fuera encontrada vestida de manera elegante, sentada en la cama, a las tres de la mañana, y que la ex presidenta del DIF de Iguala realizara tres cambios de ropa, según el video sin audio mostrado por la PGR, aunado a que la PGR dio un domicilio del operativo distinto al otorgado por la Policía Federal, es algo que levanta sospechosismo en más de uno, y por ello Valencia, no quita el dedo del renglón para saber qué sucedió, pues considera que hubo interese políticos para afectar al PRD, su partido.
Y para continuar con el tema de Murillo Karam, reporteros aseguran que su director de Comunicación Social, Raúl Tovar, no le ayudó nada a salir airoso de su conferencia en la que dio pormenores del supuesto multihomicidio, y donde fue mencionó su muy criticada frase “ya me cansé”, el viernes pasado.
Tovar no llevó un orden en las preguntas de los reporteros, discriminó a unos y dio preferencia a otros, lo cual se observó en la transmisión en vivo de varias televisoras. Cuando Murillo había aceptado contestar a un reportero que llevaba varios minutos esperando hacer uso de la palabra, el director de Comunicación Social le pasó el micrófono a otro, por lo que el primero protestó y el procurador, fastidiado, mencionó la frase con la que seguro será recordado.
Delegados impuntuales
Ayer se esperaba que los jefes delegacionales acudieron puntuales a la reunión de gabinete en la jefatura de Gobierno, pero no fue así.
A pesar de que la semana pasada varios llegaron tarde o de plano no acudieron, con lo cual se perdieron la oportunidad de enlazarse vía telefónica con el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, que entonces estaba en el hospital ABC, para saludarlo, y de que fueron muy criticados, una vez más varios reincidieron.
A diferencia del secretario de Gobierno, Héctor Serrano y del secretario particular de Mancera, Luis Serna, quienes acostumbran ser puntuales y comienzan su jornada desde las siete de la mañana, algunos jefes delegacionales tienen problemas con ese valor.
Adrián Rubalcava, de Cuajimalpa; Leonel Luna, de Álvaro Obregón; Jesús Valencia, de Iztapalapa, Leticia Varela, de Magdalena Contreras, fueron los más retrasados a la cita de ayer, a las ocho de la mañana.
La que modificó su comportamiento fue Maricela Contreras, de Tlalpan, quien esta vez llegó tempranito.
El panista Jorge Romero, jefe delegacional en Benito Juárez, de plano no acudió, al igual que Nora Arias, quien mandó a un representante porque tenía un evento, se supo.