
Cae presunta banda que enviaba bolsas con explosivos en Papantla
MÉXICO, DF, 30 de noviembre de 2014.- Golpes, patadas, insultos y tortura psicológica es el común denominador de los testimonios que en este momento comparten los detenidos al término de la marcha del 20 de noviembre pasado y quienes fueron liberados la tarde de ayer.
«Hubo un trato denigrante hacia nosotros: se burlaron, nos dijeron que se habían acabado nuestros derechos y nos trataron como la peor escoria», apuntó Atzin Andrade González, estudiante de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.
En conferencia de prensa en el Centro Prodh, acompañados de familiares y activistas, los detenidos aseguran que nunca se les dijo la razón por la que los aprehendieron y coinciden en señalar un temor común durante el traslado a los penales federales de Veracruz y Nayarit: «Creí que me iban a desaparecer, como a los normalistas», señalaron todos.
En la rueda de prensa estuvieron presentes, además de Andrade González, Liliana Garduño Ortega, Tania Ivonne Damián Rojas, Hillary Analí González Olguín, Luis Carlos Pichardo Moreno, Isaac Domínguez Ayala y Hugo Bautista Hernández.
Todos coincidieron en señalar que fueron golpeados al momento de su detención por elementos policíacos y luego llevados adentro de Palacio Nacional, donde algunos fueron lastimados y humillados de nuevo.
Luego, sin decirles a dónde, fueron trasladados a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada de Investigaciones en Delincuencia Organizada (SEIDO) donde fueron amedrentados, sometidos a diversas pruebas periciales, obligados a firmar declaraciones y donde estuvieron incomunicados, “violando nuestros derechos humanos”.
A pregunta expresa sobre su participación en la marcha de mañana, respondieron que asistirán “porque el gobierno no nos va a intimidar”.
En su oportunidad, Isaac Domínguez Ayala, ex alumno de Psicología de la UNAM, agradeció a “todas estas personas honorables y la gente valiente que estuvo luchando por nosotros” y aseguró que “ni los muros más altos, ni los barrotes de hierro ni las armas fascistas del gobierno podrán detener ni callar al pueblo nunca”.