
Poder y dinero
Sabios consejos, de viejos a jóvenes
Uno quitaba a los ricos para repartirlo entre los pobres. Este, despoja a los pobres para hacer más opulentos a los cresos. Esta comparación, o como se llame, sirve para compartir sabios consejos, de viejos a jóvenes. Y de pobres a ricos.
Son estos proverbios mejores que el decálogo del joven mandatario. Que no ayudan al pueblo. Sino todo lo contrario, dirían y dicen políticos de viejo y nuevo cuño. Van sin impuesto alguno. Digo: gratis:
-Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad.
-Estate atento cuando tu enemigo te sonría: la fiera muestra los dientes antes de atacar.
-La envidia señala las virtudes del envidiado, y los defectos del envidioso.
-Castiga a los que te tienen envidia haciéndoles el bien.
-Después de que has soltado la palabra, ésta te domina. Pero mientras no la has soltado, eres su dominador.
-El hombre no puede saltar fuera de su sombra.
-Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo.
-La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
-Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan.
-Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.
-No abras los labios, si no estás seguro de que lo que vas a decir. Es más hermoso el silencio.
-No desprecies a un rival por pequeño que sea; el mosquito puede dañar los ojos del león.
-Para fortalecer el corazón, no hay mejor ejercicio que agacharse para levantar a los que están caídos.
-Que nadie le diga lo que tiene que hacer a alguien que ya ha decidido cuál debe ser su destino.
-Si tienes un amigo, visítalo con frecuencia, pues las malas hierbas y las espinas invaden el camino por donde nadie pasa.
-Si un hombre te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate a un espejo.
-Si tiene remedio, ¿por qué te quejas? Y si no tiene remedio, ¿para qué te quejas?
-Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
-Las mejores visitas son las más cortas.”
-Si quieres torturar a los sabios haz que sus acompañantes sean estúpidos.
-Quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada, encuentra una excusa.
-Los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan.
-Los oídos no sirven de nada a un cerebro sordo.
-La crueldad es la fuerza de los cobardes.
-Ay cuatro cosas que no vuelven: la flecha arrojada, la palabra ya dicha, la oportunidad desperdiciada y la vida pasada.
-Dios no impuso a los ignorantes la obligación de aprender, sin antes haber tomado a los que saben el juramento de enseñar.
-No seas tan blando que te expriman, ni tan duro que te rompan.
-Un corazón tranquilo es mejor que una bolsa llena de dinero
Y si después de leer las opiniones, que no consejos, no actúa entonces que disfrute su…–¿quién lo dijo en el Congreso?–, no escucho, no veo y mucho menos los oigo. Allá ustedes, nos dirá en despecho.