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MÉXICO, DF, 7 de diciembre de 2014.- “Dios es bueno conmigo, me da una sana dosis de inconsciencia. Voy haciendo lo que tengo que hacer”, aseguró el Papa al diario La Nación de Buenos Aires. »
Y añadió en tono jocoso en la charla que sostuvo con la periodista Elisabetta Piqué: “Una cosa que me dije desde el primer momento fue ‘Jorge, no cambies, seguí siendo el mismo, porque cambiar a tu edad es hacer el ridículo’”.
Relajado y de buen humor, el ex arzobispo de Buenos Aires aprovechó la primera entrevista exclusiva con un medio latinoamericano para hablar, durante 50 minutos, de todo.
Cerca de cumplir 78 años, Jorge Bergoglio encaró uno de los temas centrales de su papado y, tal vez, el más anticipado desde el propio cónclave que lo eligió, el 13 de marzo de 2013: la reforma de la curia romana, tan cuestionada durante el pontificado de Benedicto XVI.
Anticipó que no estará lista el año próximo. Y agregó que, en realidad, es “la reforma espiritual, la reforma del corazón”, la que más le preocupa en este momento.
Francisco admitió, además, que “falta mucho todavía” para terminar el trabajo de limpieza en el Vaticano y habló con gran naturalidad de las resistencias que enfrenta y por las que no se siente muy preocupado.
“Las resistencias ahora se evidencian, pero para mí es un buen signo que las ventilen, que no las digan a escondidas cuando uno no está de acuerdo. Es sano ventilar las cosas, es muy sano”, afirmó.
El Papa se refirió a las polémicas de su pontificado, como las que rodearon el último sínodo extraordinario de obispos, en octubre pasado.
En su diagnóstico sobre el estado actual de la familia, Bergoglio fue tajante y directo: “Está recontra baqueteada”, dijo.
–Para América Latina es fuente de orgullo tener al primer papa no europeo. ¿Qué espera usted de la región?
–América Latina viene recorriendo un camino desde hace tiempo, desde la primera reunión del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), desde la creación del Celam. Monseñor Larraín, el primer presidente del Celam, le dio un gran impulso. Fue la conferencia de Río, después Medellín, después Puebla, Santo Domingo y Aparecida. Son hitos que el episcopado latinoamericano fue haciendo, colegialmente, con metodologías distintas, primero tímidamente. Pero este camino de 50 años no se puede ignorar porque es un camino de toma de conciencia de una Iglesia en América Latina y de maduración en la fe. Junto con este camino, se desplegó también una gran inquietud por estudiar el mensaje guadalupano. La cantidad de estudios sobre la Virgen de Guadalupe, sobre la imagen, sobre el mestizaje, sobre el NicanMopoua, es impresionante, es una teología de fondo. Por eso al celebrar el Día de la Virgen de Guadalupe, patrona de América, el 12 de diciembre, y los 50 años de la Misa criolla, estamos conmemorando un camino de la Iglesia latinoamericana.
–Un reciente sondeo en la región (del Pew Research Center) certificó que, más allá del “efecto Francisco”, hay católicos que siguen abandonando la Iglesia.
–Conozco la estadística que dieron en Aparecida, es el único dato que tengo. Evidentemente, hay varios factores que intervienen en eso, externos a la Iglesia. Por ejemplo, la teología de la prosperidad inspira muchas propuestas religiosas que atraen gente. Pero luego la gente queda a mitad de camino. Pero dejando afuera lo externo a la Iglesia, me pregunto: ¿cuáles son las cosas nuestras, dentro de la Iglesia, que hacen que los fieles no se sientan satisfechos? Y es la falta de cercanía y el clericalismo. La proximidad es el llamado hoy al católico, a salir y hacernos próximos de la gente, de sus problemas, de sus realidades. El clericalismo, se lo dije a los obispos del Celam en Río de Janeiro, frenó la madurez laical en América latina. Donde los laicos son más maduros en América latina es precisamente en la expresión de la piedad popular. Pero organizaciones laicales siempre estuvieron con el problema del clericalismo. Yo hablé de esto en la Evangelii Gaudium (la primera exhortación apostólica del Papa).
–¿La renovación de la Iglesia a la que usted llama apunta también a buscar a estas “ovejas perdidas” y a frenar esa sangría de fieles?
–No me gusta usar esa imagen de la “sangría” porque es una imagen muy ligada al proselitismo. No me gusta usar términos ligados al proselitismo porque no es la verdad. Me gusta usar la imagen de hospital de campaña: hay gente muy herida que está esperando que vayamos a curarle las heridas, heridas por mil motivos. Y hay que salir a curar heridas.
La entrevista completa, aquí: http://www.lanacion.com.ar/1750280-francisco-dios-me-da-una-sana-dosis-de-inconsciencia