Descomplicado
A los casi cien
Cuando solamente nos faltan quince años para completar el siglo, llegamos finalmente a la mejor y última edad, así que a vivir la vida. Y unos consejos, no míos pero sabios, no como los que nos recetan el joven mandatario y sus adláteres, ajenos al pueblo, que no coinciden con la edad madura y fértil aún. Veamos sin prejuicios:
1º.- Es hora de usar los ahorros en forma debida. En mí provecho. No para guardarlos. No es época de inversiones por maravillosas que parezcan. Estas solo traerán angustias. Es época de tener mucha paz y tranquilidad. Sube el dólar. Baja el precio del petróleo y nos llueven diplomas, porque “ya no hay hambre en el país, ni en la casablanca de las lomas”.
2º.- Dejaré de preocuparme por la situación financiera de mis hijos y mis nietos, sin sentirme culpable de gastar el dinero en mí mismo. Ya les di todo lo que me fue posible en su infancia y juventud, sobre todo una buena educación, ahora la responsabilidad es de ellos. No del gobierno actual.
3º.- Compraré lo mejor, me daré algunos gustos y caprichos. Después de muerto el dinero solo genera odios y rencores.
4º.- Visitaré al sastre, al peluquero, al dentista, usaré buenos perfumes y cremas con moderación. Si ya no estoy joven por lo menos andaré bien cuidado.
5º.- Me mantendré bien informado al leer libros, la buena prensa e internet. Nada de cosas fatalistas, para no andar angustiado. Enviaré y leeré los mail de todos mis amigos. Y, obvio, los nuestros.
6º.- No usaré la expresión «en mi tiempo», porque este es mi tiempo… o ¿no?
7º.- No caeré en la tentación de vivir con los hijos o los nietos si se puede, aunque los visitaré por unos días de vez en cuando.
8º.- Aceptaré todas las invitaciones que me hagan, bautizos, cumpleaños, conferencias, showers, san viernes, santos, fiestitas, traguitos, nada de quedarme en casa fermentándome.
9º.- Los dolores, resacas aunque ya ni hay, reflujos y molestias siempre estarán presentes, pero no hablaré de ellos para no hacerlos importante; total los problemas son para el médico, pero lo bailado no me lo quita nadie.}
10.- A mi edad no sale que me haga el muy apegado a la religión rezando e implorando, perdón por los gerundios, todo el tiempo. Lo bueno es que en breve podré hacer mis pedidos personalmente.
Y estos tres de pilón:
11.- Reiré y con muchas ganas, pues he sido un suertudo; he tenido una larga vida con mucha salud y mucho amor.
12.- Si alguien me dice que ahora no hago nada de importancia, le diré que lo más importante ya lo hice… Mi vida, buena o mala ya la viví.
13.- Y finalmente como dijo Benedetti: «No te rindas, no cedas aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento. Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora, es el mejor momento.
Pido al cielo, conste, que lo entiendan los de Hidalgo, Sinaloa y Estado de México que acompañan, perdón, aconsejan, al todavía huésped de Los Pinos. Amén (que en español significa “así sea”). Esto fue extra.