Poder y dinero
Y el alimento, qué
Ahora que la Secretaría de Desarrollo Social incrementó su reparto de televisiones –sí, millones de televisiones digitales—a la gente humilde, con el programa Progresa cabe preguntar: Y el alimento, qué. Aún no llega pero muchos menos la corriente eléctrica.
Cómo las encenderán. ¿Con leña? Bien dicen, con humor, que el supremo gobierno no encuentra el camino, sin la tele. Cierto que para tener contento al pueblo hay que darle pan y circo. Pero no esa clase de alimento político y legislativo, que lastima, no ayuda.
Cuántos millones de mexicanos siguen en la más brutal miseria: ¿Cincuenta? Mejor cambiar el tema y platicarles nueve consejos del comediante George Burns cuando cumplió una centuria, vaya, cien años.
Sugestivamente sus razonamientos, insisto, son sensacionales:
A.- El sexo es una de las 9 razones por las que me gustaría reencarnarme.
“Las otras 8 son irrelevantes”
B.- La gente me preguntaba qué regalo apreciaría más para mi cumpleaños. Les contesté: “Una demanda de paternidad”
C.- Me encanta cantar y me encanta tomar güisqui. La mayoría de las personas prefieren escucharme sorberlo.
D.- Primero te olvidas de los nombres. Luego te olvidas de las caras. Después te olvidas de subirte la bragueta. Finalmente te olvidas de bajártela.
E.- La felicidad es tener una familia grande, amorosa, dedicada, unida y… en otra ciudad.
F.- ¿Saben lo que significa llegar a casa de noche y… encontrar una mujer que te dé un poco de amor, un poco de afecto y un poco de ternura? ¡Significa que te equivocaste de casa!
G.- A mi edad, las flores y las velas me asustan.
Consejo a quien ustedes saben. Ése, exactamente.
En parodia, dijo también: Soy tan viejo que cuando yo era un niño, el Mar Muerto sólo estaba enfermo.
Ah, tengo que encender la tele.