Teléfono rojo/José Ureña
Larga vida del viejo sistema político
En el año 2000, el PRI fue expulsado de la Presidencia por una mayoría de mexicanos descontentos con los vicios del priísmo. Muchos creyeron que era el final del viejo sistema político y la llegada a la democracia real, pero en realidad el arribo del PAN a Los Pinos solo significó un cambio de nombres, una especie de gatopardismo a la mexicana.
La fiesta por la caída del PRI se convirtió en borrachera popular, sinceramente gran parte de la sociedad vio que se abría la posibilidad de avanzar en una democracia efectiva, de carne y hueso. Pero, la realidad es que antes de que el PAN se volviera gobierno nacional, como oposición junto con el PRD y otros actores de esas trincheras, dejaron ver desde el Congreso que se sentían a gusto y ganaban mucho acomodándose con las leyes no escritas de la política al estilo del priismo.
Sin lugar a dudas la victoria panista fue importante, mostró a una sociedad harta con los priistas, cansada de la transa como forma de hacer política, del discurso hueco manipulador y ajeno a la gente. Dejó ver que la desesperación y la esperanza unieron a muchos ciudadanos en busca de una democracia moderna y participativa, de una sociedad honesta. En medio de la fiesta, cuando el PRI fue echado de Los Pinos por primera vez tras más de siete décadas, la gente creyó que había perdido el poder.
Pero, con la mayoría de los gobiernos estatales en sus manos, casi todos los congresos estatales bajo su dominio y una presencia determinante en las cámaras de Diputados, y mientras el pueblo vivía la cruda democrática, el PRI lloró su pérdida de la Presidencia, pero se mantuvo en el poder. Y el PAN, sin experiencia y sin muchas ganas de cambiar nada de lo verdaderamente importante, trató de gobernar sin poder con los mismos modelos priístas.
Antes y ya en su segundo sexenio la Presidencia, el PAN tuvo la oportunidad de transformar el país con leyes modernas y de avanzada, normas que se convirtieran en armas contra la corrupción y el injusto reparto de la riqueza en México. Pero, como nuevo rico, dilapidó el capital político de sus victorias electorales e hizo suyo el viejo sistema político priísta, en el cual se ampara PRI, PAN, PRD y todos los mini partidos que sacan provecho de la ausencia de leyes que obliguen a la transparencia, modelos económicos y sociales que hagan más equitativa la vida de los mexicanos.
Al final de cuentas la democracia no llegó con el arribo de la oposición a Los Pinos ni con el regreso del PRI a la Presidencia, es decir que el poder no ha logrado sino mantener el viejo sistema político, que cada vez deja ver su cara cínica y podrida, que maquilla con discursos electorales de mejores tiempos por venir… Las promesas de siempre.
Hojas perdidas
Hay una apunte en la esquina de una hoja olvidada y empolvada, la letras señalan que el priismo ha sido capaz de inventarse oposición, con aquellos partidos PPS, PARM y otros, además que sus viejos manipuladores en el Congreso han llegado a presidir ambas cámaras y controlar bancas propias y ajenas siendo minoría. Todo en un escenario político en que PAN, PRD y otros actores menores critican y lanzan amenazas, pero al final bailan al son que les toca el PRI, pues siguen siendo hijos muy beneficiados del viejo sistema político, que cruje pero no se raja…