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MEXICO, DF, 7 de febrero de 2015.- El camillero Jorge Luis Tinoco Muñoz, quien dio su vida para rescatar bebés en la explosión del pasado 29 de enero en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, fue despedido entre aplausos y porras.
«Chiquiti bum a la bim bom ba, a la bio, a la bao, a la bim bom ba, héroe, héroe, ra ra ra», corearon familiares, amigos y compañeros de kick boxing, deporte que le gustaba practicar a Jorge Luis.
En Mausoleos del Ángel, cementerio ubicado al sur de la ciudad, fue donde el cuerpo del camillero, quien murió a la edad de 27 años, fue sepultado.
Los servicios funerarios fueron privados, a petición de la familia, cuyos miembros solicitaron a los medios de comunicación tomar fotos sólo a la distancia.
El cortejo fúnebre partió de la agencia Gayosso de Felix Cuevas a las 14:00 horas, y detrás de la carroza fúnebre se veía una fila de más de 30 autos que llevaban sus direccionales encendidas.
En un autobús viajaban más deudos de Jorge Luis Tinoco, quien murió el 6 de febrero, a causa de las quemaduras sufridas en 97 por ciento de su cuerpo.
En Mausoleos del Ángel varias coronas fúnebres acompañaron fueron colocadas al lado de la úlñtima morada de Jorge Luis. Una a nombre de la Secretaría de Salud del Distrito Federal y otra de su titular, Armando Ahued, quien no asistió al sepelio.
A las 16:00 horas concluyó el servicio funerario con otra porra.