Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Que no se les olvide
Sí, que no se les olvide a los casi diez y seis mil iluminados que pretenden, a partir del domingo 5, alcanzar un cargo de elección popular, en junio 7 próximo.
Sí, que no se les olvide, como al que ganó la medalla de oro en dos mil doce, cumplirle al pueblo de México, a quien se debe.
Sí, que no se les olvide que el ofrecer no empobrece. Sino el dar es lo que aniquila. Como sucede a los jóvenes en Los Pinos, hoy.
Sí, que no se les olvide la honestidad a los diez partidos políticos que compiten por 500 diputaciones federales, nueve gubernaturas, mil nueve presidencias municipales y 641 diputaciones locales. Ni la decencia.
Sí, que no se les olvide, si ganan y si no también, lo que no se ha cumplido en los últimos tres sexenios y en lo que va del presente y que dejó muy claro el 6 de marzo de l994 Luis Donaldo Colosio al decir: “Hoy, ante el priismo, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo.
“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentran en la excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas, a los abusos y a los excesos.
“Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto –estrictamente—a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático”.
Nosotros tampoco olvidamos lo que, en aquella fecha agregó el que reemplazaría en la presidencia a Carlos Salinas de Gortari, quien, ante el sacrificio de Colosio en Tijuana, BC, entregó el mando a Ernesto Zedillo Ponce de León. Ambos, vivos aún, de infausta memoria.
Nos impactó también a todos. Y sentimos que es momento de repetirlo a hombres y mujeres, que buscan, eso creemos, servir a México y a los ciento veinte millones que poblamos su República:
“Veo un México con hambre y sed de justicia…un México agraviado…Veo hombres y mujeres afligidos por abusos de las autoridades… veo la arrogancia de las oficinas de gobierno… veo a ciudadanos por la falta de seguridad…”.
Este discurso le costó la vida. Y hoy, quienes fueron responsables, lo loan. Y se burlan todavía de quienes creímos en ellos.