Poder y dinero
Los helicópteros, burdos distractores
· La pobreza no viaja en helicóptero
· Se esquía rico en las Rocallosas
David se vio en la ineludible necesidad de renunciar al cargo con que lo distinguió su amigo Enrique Peña: La dirección de la Comisión Nacional del Agua.
Es que lo sorprendieron, sus propios vecinos de Bosque Real, Huixquilucan (qué vecinos tan metiches), en un acto que es práctica común de los miembros prominentes del gobierno, de presidente para abajo. Viajar en helicóptero de casa a la oficina y viceversa. No se puede de otra manera. Hay un insoportable tráfico en las calles.
También muchos funcionarios públicos se van de vacaciones con dineros públicos. Faltaba más. Se lo merecen. Le dedican alma, vida y corazón a la patria. Se fugan no sólo a Vail; también a Nueva York, a ver una obra de teatro o a hacer un supercito, o a cumplir un compromiso en cualquier restaurante de George Town, en la capital. También van a Beverly Hills, o ya de perdida a La Joya, o a Las Vegas, si no es que van a la consulta con el doc en Houston.
El angelito de Huixquilucan tenía que ir a Vail, un paraíso montañoso del estado ex mexicano de Colorado, precisamente al oeste de Denver, en las meras Rocallosas. Qué rico se esquía en ese centro vacacional. Uy, hace años que no vamos a Vail, desde aquellos años de coberturas periodísticas en el mundo financiero.
Pues ahí en Veril, supuestamente pasó sus vacaciones de Semana Santa el joven Korenfeld, con su familia, su esposa y sus dos pequeñuelos. Se lo merecía la prole huixquiluquense. Hay que descansar y sobre todo meditar en la parte espiritual de la vida, aprovechando la semana santa.
Pero de acuerdo con versiones periodísticas, David mintió (bueno, esto de la mentira tampoco es para escandalizarse. Qué político no vive de la mentira). Sí, pero desde la mediática cuesta caro mentir. En su momento, los voceros de la Conagua, le dijeron a los periodistas que el funcionario realizó el viaje con su familia en un helicóptero de la dependencia rumbo al aeropuerto de ciudad de México, porque “lo acompañaron por un asunto médico”.
En base a esa mentira, Korenfeld “reconoció” el error cometido al usar la aeronave (dicen que lo está investigando don Virgilio, el encargado de investigar al propio presidente, encargado por el mismo mandatario, de presunta corrupción y conflicto de intereses), y ofreció disculpas, aclarando que por lo mismo había ya pagado el precio del viajecito de su casa al aeropuerto.
Además, colgó en el tuíter una foto de “su” rodilla. Pa’que vieran que estaba jodidona. Y que por ella se iba al médico a las montañas Rocallosas. Debe de ser ese médico algo así como un huesero de Catemaco, donde ya no se come carne de mono porque ya los monos son defendidos por los verdes de la familia González Torres.
Pero lo que no se esperó Davidcito fue que la gerente de la agencia de viajes Cuvée Escapes, Luxuri Vacations and Travel, la señorita Rita Cuéllar, confirmara que el político huixquiluquense y su familia tenían una reservación para pasar las vacaciones de semana santa en el resort Arrabette, que cancelaron de última hora, aunque sí viajaron a Vail, como lo confirmaron autoridades de inmigración estadounidenses. Korenfeld, su esposa y sus dos hijos ingresaron a territorio estadounidense el domingo 29 de marzo.
Todo este chismerío está bien como para pasar el rato con una buena lectura. Pero tanto el caso de Korenfeld, como el de los helicópteros perredistas, como el incendio en la Central de Abasto, como el pipazo de Tabasco, son distractores convenientes para ocultar el verdadero drama mexicano. El Black Mexican Momentun: Economía fallida; Aumento de la pobreza y el hambre; decepción e irritación ciudadana, caída de popularidades… Y ya mejor me callo como me lo advierte mi paisano Juan Manuel Pereyra. Periodista antisistémico, me apoda.