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MÉXICO, DF, a 14 de abril de 2015.- La condición laboral de los cerca de 80 mil jornaleros que trabajan en los campos de San Quintín, Baja California, son de sobreexplotación laboral, y de condiciones infrahumanas, denunciaron este martes varias organizaciones sociales y de académicos especializados en el tema.
Rogelio Méndez, del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, refirió que tanto en San Quintín como en otras regiones del país, “no existen mecanismos efectivos de vigilancia, control y protección por parte del Gobierno para garantizar que se protejan los derechos laborales y humanos de los trabajadores”.
Precisó que esos campos y fincas en donde laboran los jornaleros (que casi en 80 por ciento se conforma de campesinos e indígenas de otras entidades que se ven obligados a abandonar sus lugares de origen por pobreza extrema y falta de trabajo) pertenecen a empresas nacionales y extranjeras donde se sobrexplota a sus trabajadores.
Los someten, dijo, a condiciones de semi esclavitud bajo el amparo y contubernio, de instituciones públicas que se ven beneficiadas de esta cadena masiva de explotación laboral.
En conferencia de prensa los activistas, también integrantes de la Red de Jornaleros Internos en México, han encontrado que el 90 por ciento de estos trabajadores no cuentan con un contrato formal de trabajo.
Expusieron que “un jornalero agrícola trabaja hasta 15 horas al día mientras en la Ley Federal del Trabajo está establecida una jornada laboral de 8 horas diarias”.
En el terreno de la salud, expusieron, “más del 80 por ciento de los jornaleros” no pueden acudir al médico en caso de enfermedades o de accidentes, y muchas veces si dejan de trabajar, dejan de obtener dinero para familias.
De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinolla (en Guerrero) éstos han documentado que las condiciones de vida en los campos de cultivo “son infrahumanas”.
“Las familias jornaleras rentan bodegas abandonadas o casas en obra negra o en ruinas donde llegan a vivir de 20 a 100 personas. De hecho el acceso a la vivienda digna es prácticamente nulo en los campos de cultivo”.
En ese sentido pusieron como ejemplo en la zona del Antiplano Potosino “más del 90 por ciento de los campos no cuentan con viviendas habitables y la mitad carecen de baños y regaderas por lo que los trabajadores agrícolas deben ir al monte a defecar”.
En 8 años van 40 niños muertos en distintos campos.
Además, de 2007 a 2015, Tlachinolla ha documentado la muerte de al menos 40 niños en los campos agrícolas del norte del país debido a accidentes de trabajo, atropellos, picaduras de insecto, desnutrición, partos prematuros y falta de atención médica”.
Prosiguiendo con el tema infantil en los campos agrícolas, los productores del Valle de San Quintin “niegan que en los campos trabajen menores de edad, sin embargo el líder de la alianza, Fidel Sánchez, asegura que muchos ranchos trabajan niños de entre 12 y 13 años, incluso sostienen que cuando la Secretaría de Trabajo y Previsión Social realiza inspecciones, las empresas obviamente las esconden”, denunció Rogelio Méndez, del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales.
Las organizaciones presentes en el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, expusieron que ante la falta de soluciones por parte del gobernador Francisco Vega de la Madrid, – a quien acusan de “no sacar adelante las negociaciones- los trabajadores de San Quintín solicitan la intervención del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Las organizaciones presentes fueron: Frente Indígena de Organizaciones Binacionales; Voces Mesoamericanas Acción con Pueblos Migrantes; Enlace Comunicación y Capacitación AC, Centro de derechos Humanos de la Montaña Tlachinolla, además de académicos como la Doctora María Antonienta Barrón, de la Faculta de Economía de la UNAM, entre otros.
En el Valle de San Quintín, cerca de 80 mil trabajadores levantan las cosechas de productos como: fresas, arándanos, frambuesas y moras. Y un 70 por ciento de esta producción, se dijo, se exporta al mercado de EU, para quienes también cultivan y piscan tomate, pepino, chicharos, calabacitas, col de Bruselas, zanahorias, brócolis y cebollines.
Según el reporte de la Red de Jornaleros Internos, en todo México hay más de 2 millones de trabajadores en los campos: un 60 por ciento de éstos, son migrantes indígenas provenientes de los estados más pobres del país, como Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz.
Además de Baja California, los estados donde más sobreexplotación existe son, de acuerdo a estas ONG son: Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, Nayarit y San Luis Potosí, Querétaro, Veracruz, Morelos, Hidalgo, Michoacán, Estado de México y Chiapas.