Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
De voz en voz, de casa en casa, el perverso rumor fue recorriendo las populosas y estrechas calles hasta alcanzar su insidioso objetivo de provocar el pánico y la estridente manifestación popular: “Están secuestrando a nuestros hijos para sacarles los órganos, protéjanlos pues el próximo puede ser el suyo”, decía la voz popular.
De inmediato la gente se volcó a las avenidas circunvecinas para bloquearlas y exigir justicia ante la imperante inseguridad y la ineficacia de las autoridades capitalinas. El rumor, instrumento político desde tiempos inmemoriales y de anónima procedencia, había prendido provocando la psicosis colectiva de los pobladores de Santo Domingo, Coyoacán.
De inmediato el vuelo rasante de los helicópteros de la Secretaría de Seguridad Pública del GDF se hizo incesante, los cortes viales se multiplicaron para llevar a los automovilistas a arterias más congestionadas o a verdaderos laberintos. El sur de la ciudad, a la altura de la populosa colonia se convirtió en un verdadero caos desde medio día del pasado lunes, hasta casi la medianoche.
Decenas de vecinos de la populosa colonia –ubicada al sur oriente de Ciudad Universitaria, en un amplio cuadrante que va desde Avenida del IMAN, Avenida Aztecas, Pacífico y Copilco– se lanzaron a la calle para hacer diversos bloqueos exigiendo justicia también por: “la desaparición de un docena de niños, la mayoría mujercitas”.
Par de leyendas urbanas que han venido creciendo en la zona al punto de la psicosis colectiva. Hasta el momento, tres días después de los bloqueos, no hay evidencias ni la presentación de denuncias concretas ante las autoridades ministeriales o judiciales de los presuntos secuestros y desapariciones.
Un vecino del lugar me aseguró: “No es especulación, hay un adolescente desaparecido de 14 años, al que secuestraron y mataron. Era hijo de una vecina. Imagínate que secuestren a niños de una colonia considerada cinturón de pobreza, de donde pagas un rescate de miles de pesos. Los órganos tienen más valor para estos rata miserables, lo que no saben es que tocaron la parte más sensible de todo pueblo, sus niños”.
Le pedí me conectara con la madre del joven secuestrado para levantar su testimonio, petición que a la fecha no ha tenido respuesta, como tampoco existen evidencias de los niños secuestrados y después devueltos sin órganos. Para muchos –incluyendo al jefe del gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera— los hechos del lunes y martes, en Santo Domingo, Coyoacán son parte de la guerra sucia de los integrantes de Morena contra el perredismo capitalino.
No es casual sino causal que el inicio de campañas en pos de las 16 delegaciones políticas y las 66 curules de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal haya iniciado en un ambiente caliente y lleno de confrontaciones y descalificaciones.
El mismo presidente del PRD-DF, Raúl Flores, advirtió sobre una inminente «guerra sucia» en la ciudad contra su partido que vendrá de toda la oposición, incluyendo a Morena. Retador, Flores aseguró en entrevista: “no estamos mancos. Los candidatos del Sol Azteca se defenderán de las campañas de desprestigio”. Y, confiado, dijo que ganarán las 14 delegaciones que ya gobiernan, al preveer que la contienda se va a centrar entre el PRD Y Morena.
¿Y qué tiene que ver el inicio de las campañas con el rumor de los secuestros? Pues señalar al actual gobierno capitalino y sus representantes como ineptos y faltos de oficio para gobernar una ciudad tan compleja como lo es la capital del país. Tan así que Mancera exigió al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) utilizar la vía de la propuesta para ganar votos, en lugar de alarmar a los capitalinos con información falsa.
Quienes azuzaron a los vecinos de Santo Domingo, acusa el PRD, tienen nombres y rostros. Son, a decir de los amarillos, Jorge Bustamante Pineda y Juan Rodríguez, integrantes de Morena y cuya base de operaciones está en Santo Domingo. En amplia conferencia de prensa, el jefe del gobierno capitalino detalló que hay quienes envían a las casas audios donde les dicen que a los niños –luego de secuestrarlos– les extraen los órganos y los entregan muertos en los domicilios. Lo cual a todas luces resulta un absurdo pues por lo menos uno de estos niños ya hubiera sido presentado ante las autoridades y a los mismos medios.
De igual manera se utiliza la estrategia de enviar mensajes a celulares en donde se advierte de robos de menores en los centros comerciales. Según información policial y judicial, la Alerta Ámber se enciende en cuanto se presenta una denuncia concreta por el secuestro o robo de un menor. Esto no ha sucedido.
Ya se señaló que la lucha por la ciudad de México se centrará entre las izquierdas, pues el PRI poco o nada puede ganar, menos aún con el derribamiento de su mejor artífice, Cuauhtémoc Gutiérrez, de fuerte influencia entre los pepenadores y los recolectores de basura. Anulado por la acusación de encabezar una red de prostitución en el PRI capitalino, el Rey de la Basura quedó eliminado como lo quedaron los priístas para obtener algo. A los panistas muy bien les iría si logran retener la delegación Benito Juárez, pero ante las corruptelas de su ex delegado y allegados corren el riesgo de perderla.
Así la lucha por la capital de la República se concentrará entre las izquierdas perredistas y morenas, pues está en juego un presupuesto anual de miles de millones de pesos en financiamiento público. A juicio de analistas en procesos electorales de los ámbitos académicos, el perredismo llega a estos comicios intermedios “fragmentado, con liderazgos debilitados y con una fuerte crisis de identidad fruto de la decisión de su dirigencia nacional –dominada por Los Chuchos—de firmar el Pacto por México, iniciativa impulsada por Enrique Peña Nieto”.
La guerra será, pues, a muerte entre las izquierdas. Lo del insidioso rumor y sus efectos apenas es el comienzo. El objetivo, amén de las delegaciones y posiciones en la Asamblea, es debilitar al gobierno de Mancera, quien deberá mostrar, ahora sí, de que está hecho.