Cierra la chimenea a los ladrones
Explotación laboral en México
Para nadie es desconocido que en México la explotación infantil es un hecho cotidiano, muy difícil de combatir por las autoridades en todos los estados del país, y en especial en el Distrito Federal vemos en las calles, centrales de abasto, en el Metro y por todas partes, pero el hecho de que México haya ratificado el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la edad mínimo de admisión al empleo es ya un paso importante.
Con la ratificación de este Convenio, el país fortalece su respuesta legal ante el desafío que implica el trabajo de 2.5 millones de niños, niñas y adolescentes mexicanos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) acogió con beneplácito que el Senado de la República de México, a solicitud del Ejecutivo Federal, haya ratificado el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo, con lo cual confirma la voluntad de alcanzar la eliminación del trabajo infantil, en consonancia con los objetivos internacionales que apuntan hacia esta meta; cabe mencionar que la CTM tuvo una participación significativa en este asunto.
Este es un paso muy importante para un país que durante los últimos años ha demostrado voluntad política por buscar soluciones al trabajo infantil, así lo dijo la Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco.
Resaltó que además México se ha sumado muy activamente a la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe libre de Trabajo Infantil impulsada por 25 países de la región.
Este Convenio está dirigido a abolir efectivamente el trabajo infantil y a elevar progresivamente la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, con el objetivo principal de garantizar que los niños, niñas y adolescentes puedan asistir a la escuela, aprovechando plenamente la instrucción recibida.
La ratificación de este Convenio se suma a la reforma del artículo 123 de la Constitución Política, que elevó la edad mínima de admisión al empleo de 14 a 15 años y que entró en vigencia desde el 18 de junio del año pasado.
Esto da elementos para actuar en contra de la explotación infantil, pero no la va a frenar, como tampoco se ha frenado la explotación del trabajo doméstico, en los campos y en las grandes ciudades, en donde los empleadores buscan de todo para no cumplir con la ley, para no cumplir con el seguro social ni con las prestaciones de ley.
Entonces se requieren de acciones de alto calado, de decisiones políticas que impidan de una vez por todas, la explotación infantil, así como de los adultos a quienes no les pagan lo que por derecho les corresponde.
Por eso también es urgente contar con salarios especiales como los que demandan los campesinos en los campos de San Quintín, Baja California. De otra manera todo lo que se diga no pasarán de ser sólo palabras.