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ACAPULCO, Gro., 4 de mayo de 2015.- Un golpe seco, como una bomba, despertó a William Navarrete de la Cruz. ¡Prum!, otro golpe sacudió el piso y le hizo levantarse de la cama. ¡Prum!, un estruendo tras otro. Se asomó por la ventana y vio que las olas se alzaban a más de cinco metros hasta desbordarse y llegar a la playa, donde ya comenzaban a socavar el terreno de su casa.
Despertó a sus hijos y a su mujer, abordaron la lancha rústica de pesca y navegaron por la laguna hacia tierra firme.
¡Prum!, otra ola, cada vez más cerca. ¡Prum!, mientras se alejaban alcanzaron a ver cómo el mar devoraba los últimos metros del terreno de su casa. Eran las 4 de la madrugada.
El sábado 2 de mayo, unas 200 familias lo perdieron todo en la comunidad turístico-pesquera de Boca Chica, en el municipio de Tecpan de Galeana. Las olas provocadas por el fenómeno conocido como ‘mar de fondo’ devastaron el pueblo.
“Enfrentamos el oleaje más intenso en los últimos 28 años”, declaró más tarde el secretario de Protección Civil de Guerrero, Raúl Miliani Sabido, en una entrevista con medios nacionales.
Nadie les avisó. A William Navarrete y al resto de los pescadores les llegó la advertencia a las 4 de la tarde del domingo, 12 horas después de que evacuaron sus casas porque el mar las estaba devorando.
No hubo muertos ni heridos, pero tampoco hubo tiempo de rescatar sus cosas. En la laguna flotan refrigeradores, mesas, platos de plástico, trozos de sillas.
Después regresaron, cuando el oleaje disminuyó un poco. En las lanchas cargaron unos cuantos enseres domésticos, una lavadora, atarrayas, un refrigerador y un perro.
A lo lejos se ven las enramadas. ¡Prum!, retumban las olas y se levantan por encima de ellas cuando revientan en la playa. Escurren entre las palmeras y llegan hasta la laguna que ahora es más amplia y más profunda.
Al medio día llegó la ayuda. Decenas de despensas que fueron acarreadas por varios jóvenes uniformados. Por la tarde llegaron más despensas. En ambos casos se trató de candidatos a la alcaldía de Tecpan de Galeana que vieron en la desgracia una oportunidad para hacer proselitismo.
La ayuda del gobierno llegó mucho después. Eran las 6 de la tarde cuando bajaron de las camionetas de Protección Civil las primeras despensas.
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Luce como un pueblo fantasma al que no se puede entrar. Una línea amarilla restringe el paso, como si resguardara la escena de un crimen. Militares y policías estatales acordonan la zona. Hay estado de alerta, una serie de estruendos retumban en los oídos y en el pecho. Una brisa fría y salada humedece la ropa y entra por la nariz. No es zona de guerra, es la comunidad turístico-pesquera de Playa Azul, en el municipio de Coyuca de Benítez.
A las 5 de la madrugada del sábado 2 de mayo la gente comenzó a evacuar el pueblo. El domingo por la tarde ya no quedaba nadie.
Una familia regresó con dos carretillas. Burlaron a los soldados, violaron la línea amarilla y se adentraron en el pueblo. Minutos después aparecieron de regreso, con los únicos enseres domésticos que alcanzaron a rescatar de su hogar.
“Aquí no queda nadie”, comentó un policía estatal, “las olas llegaron hasta las casas y mejor evacuaron el pueblo. Váyase a la iglesia, allá va a encontrar a la gente, allá durmieron”.
“Todas las familias fueron afectadas. Todos se dedican a la pesca y varias perdieron sus embarcaciones”, detalló un poblador.
Los restaurantes, los pequeños hoteles rústicos y las viviendas lucen tétricas. El pueblo semeja una escena de una película de terror. Desolado, resguardado por militares y policías, bajo el estruendo permanente del monstruo de sal que golpea en la playa.
Metros atrás, los trabajadores del laboratorio de producción de post larvas de camarón blanco (Litopenaeus Vannamei) El Jhiret Carrizal S.C. de R.L., limpian el escombro y basura que las olas dejaron en las instalaciones. Habrá que reparar el sistema de drenaje y las bombas, desenterrar el pozo de agua y nivelar la arena, que subió por el arrastre del agua.
A un costado, el laboratorio para la cría de langostino enfrenta los mismos problemas. Las olas aún se levantan, amenazantes, frente a la hilera de palmas que divide la playa y las instalaciones.
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En llano Real las olas devastaron todo. En la laguna se asoma el techo de una casa. Al fondo, una lancha a medio enterrar es golpeada por las olas. En la orilla, toneladas de basura flotan frente al albergue improvisado por los pobladores.
El Ejército resguarda el lugar. Bajo una lona hay una cama desnuda, una mesa y decenas de personas que devoran la poca ayuda que recibieron. En la laguna flotan sus enseres domésticos, sus despensas, sus electrodomésticos, ahora convertidas en chatarra.
“¿Por qué no están en el albergue?”, se le preguntó a un hombre que observaba el golpe de las olas en la playa. “Este es el albergue”, dijo y señaló hacia arriba con el pulgar, “mire, ya pusimos una lona. Aquí dormimos anoche y parece que hoy también lo haremos”.
Las olas, de hasta cinco metros, golpean en la playa y explotan a más de 10 metros de altura, sobrepasando incluso a las palmeras.
De los postes de luz cuelgan tres lonas: dos con el rostro de Evencio Romero Sotelo, contendiente a diputado federal por el partido Movimiento Ciudadano. Otra, la más grande, pertenece a Beatriz Mojica Morga, la candidata del PRD a la gubernatura.
Los niños nadan y juegan en la huerta de cocotero, entre sillas de plástico quebradas y basura. Ahora la huerta es una laguna.
Al menos 42 familias se quedaron sin patrimonio y duermen bajo la pequeña lona, junto a la laguna que amenaza con desbordarse aún más.
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La Secretaría de Protección Civil de Guerrero informó que cuatro municipios de la región Costa Grande fueron afectados por el fenómeno Mar de Fondo, que provocó olas de hasta 10 metros de altura.
A través de un comunicado, el titular de la dependencia, Raúl Domingo Miliani Sabido detalló que las olas destruyeron 198 enramadas, dañaron 218 viviendas y 165 personas permanecen en tres albergues.
De las 218 viviendas dañadas, 110 se encuentran en la localidad de Playa Azul, municipio de Coyuca de Benítez; 27 en la Barra de Coyuca, 19 en el poblado de Michigan y 60 en Boca Chica, pertenecientes a Tecpan de Galeana y dos en Acapulco en la playa del hotel Emporio.
En cuanto a las 198 enramadas, 60 se localizan en Boca Chica, perteneciente al municipio de Tecpan de Galeana, 48 en Playa Azul en Coyuca de Benítez, 45 en la playa Paraíso del municipio de Benito Juárez, 40 en la Barra de Coyuca y cinco en la Costera Miguel Alemán, en la zona Dorada de Acapulco.
La Secretaría de Protección Civil informó que, en coordinación con autoridades municipales, atienden a 165 personas en los albergues habilitados, donde se ha aplicado el Plan DNIII para labores de ayuda a la población.
En la iglesia del poblado de El Carrizal permanecen 71 personas, en la casa particular de la localidad de San Nicolás se atiende a 45 y en la vivienda que se encuentra en la calle principal del poblado de La Estación se encuentran 49 afectados. Los recorridos para supervisar daños aún continúan.