Abanico
Los que se empeñan en sacar raja política de todo tema en el que se puedan trepar son los simpatizantes de Morena.
Felipe de la Cruz, candidato a una diputación local por Morena, e integrante del Campamento 2 de Octubre, junto con Eleazar Romero, líder de taxistas y miembro de Movimiento Ciudadano, se colaron en las protestas de los taxistas regulares contra las empresas Uber y Cabify, este lunes.
Este fue tan sólo uno de los varios movimientos que tienen previstos los morenos, para afectar la imagen del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, para, como ya lo hemos platicado, evitar que llegue a ser candidato a la presidencia, apoyado por las izquierdas, y le haga una especie de halo solar a Andrés Manuel López Obrador, a quien, como cada seis años, se le cuecen las habas por lanzarse por ese cargo.
Es por ello que el GDF está al pendiente de todas las movilizaciones en las que los morenos se puedan o les interese treparse. Está claro que serán la piedra en el zapato en lo que resta de la administración local; sin embargo, ese nuevo partido debe considerar que la población podría pasarle la factura.
Pájaros en el alambre
Al igual que el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, el candidato a jefe delegacional a la delegación Cuauhtémoc por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Ricardo Monreal, pretende lavarse las manos en el argumento de que es más grave el espionaje telefónico, que su propio mal actuar.
Así como el funcionario electoral se burló de las comunidades indígenas, para luego intentar lavarse las manos al asegurar que era la primera vez que lo hacía, además de que su dicho correspondía a una llamada privada –en la que hablaba de un tema público-, ahora Ricardo Monreal fue exhibido en una llamada, también privada, pero cuyo contenido es también de interés público.
Los pájaros en el alambre descubrieron las triquiñuelas del candidato moreno, quien en una llamada con uno de sus achichincles, Néstor Núñez, aspirante a la diputación por el Distrito 9, le pide hacer contratos simulados de Mupis y Bardas, para su propaganda electoral.
Como respuesta, Monreal dijo, en un primer momento, que su voz fue editada y que interpuso una denuncia contra quien resulte responsable, pero luego reconoció que sí dijo lo que dijo, pero en el sentido de hacer un solo contrato que beneficie a otros de los morenos. Se actuó con apego a la normatividad, aseguró.
A Lorenzo Córdova y a Monreal les pasó aquello de que “el pez por su propia boca muere”, y aunque quieran defenderse, el daño se lo hicieron ellos solos, aunque el primero insiste en que la filtración de su conversación va dirigido a dañar la imagen del INE, como si él mismo no contribuyera en ello, y el segundo, ya dirigió sus acusaciones hacia el gobierno de la Ciudad de México, pero de reconocer que se quiso pasar de listo, ni en sueños lo dirá.