Corrupción neoliberal
La broncomanía cundió y ya dos se autodestaparon para la grande del 2018 como precandidatos “independientes”, de la ciudadanía. No pudieron controlar sus ansias de novilleros y contra toda lógica política adelantaron los tiempos.
Ahora tenemos ya tres que quieren abiertamente ser presidentes de la Nación, aunque solamente uno tiene asegurada la candidatura de su partido: Andrés Manuel López Obrador, líder absoluto y autoungido por el Movimiento de Regeneración nacional (Morena). Nadie al interior de esa agrupación política podrá –ni querrá—disputarle su liderato, menos aún después del gran triunfo logrado en las elecciones pasadas en el Distrito Federal y colocar a su agrupación política como cuarta fuerza y propinarle escandalosa derrota al Partido de la Revolución Democrática (PRD), del que saliera, señalando a su dirigencia como corrupta.
Y el domingo, a través de las redes sociales, Margarita Zavala de Calderón se autodestapó como aspirante a la candidatura de su partido (Acción Nacional) y de la ciudadanía que la quiera acompañar para contender en los comicios del 2018, sin que ello signifique que haya logrado los consensos necesarios al interior del blanquiazul, donde también Gustavo Madero ha hecho ver sus deseos de sentarse en la silla del Águila, pese a que en público dice que “ni maíz, paloma”.
Por si fueran pocas las sorpresas post electorales, Miguel Ángel Mancera, jefe del Gobierno del Distrito Federal (GDF) al ser entrevistado, y posteriormente, en un acto público, aceptó que quiere ser Presidente con o sin el PRD –de quien evidentemente busca marcar distancia- a través de una plataforma ciudadana, hecho que en las redes sociales no fue muy bien aceptado, pues enseguida sus malquerientes le hicieron ver que no es del todo bien querido por la ciudadanía, al menos la de la capital de la República.
Faltan aún más de dos años y medio para las elecciones presidenciales del 2018 y para muchos los autodestapes son meramente una carrera apresurada en pos de la grande. Un madruguete en el que asomaron ya las cabezas, aún sin propuestas, sin proyectos, más en un pleno voluntarismo y arranque ocurrente sin medir tiempos ni circunstancias.
Tres años son muchos en los tiempos políticos pues los aspirantes serán sujetos a una observación minuciosa, serán blancos fáciles de sus enemigos y hasta del fuego amigo. Todas sus acciones se magnificarán y serán fuertemente cuestionadas y descalificadas.
La señora Zavala de Calderón no tiene resuelto su destape pues hasta el momento las reacciones al interior de Acción Nacional han sido diversas, y el factor Felipe Calderón lejos de ser un capital político se convertirá en un lastre, pues en la memoria de muchos mexicanos está el saldo rojo de la guerra contra el narcotráfico. Sus retos son mayúsculos, pues si bien es cierto que no es la primera mujer que contiende para tal cargo, los desmarques que tiene que hacer son de enorme significado como lo es, tan sólo, pintar su raya con su marido y que no se piense que él seguirá gobernando y es el poder tras el poder. En ese largo periodo deberá romper con diversas inercias al interior de su partido e ir trazando su proyecto, pero sobre todo lograr el consenso blanquiazul para ser la candidata, pues hay varios aspirantes.
De igual manera una parte del panismo, una ala belicosa de fuerte discurso también se inclina por el gobernador poblano Rafael Moreno Valle, quien tiene como ariete a Javier Lozano que de entrada descalificó a Margarita al señalar que “una cosa es querer y otra con qué”. Hay muchos blanquiazules que se empiezan a alinear en el equipo de la franja.
Mancera, por su parte, luego de participar en un evento en la sede del Gobierno del Distrito Federal, corroboró que no es un destape como tal, pues primero cumplirá con su obligación en la capital del país. Dijo, palabras más, palabras menos:
“Yo no lo consideraría un destape, solo hay dos respuestas sí o no, y mi respuesta es sí me interesa y lo reconozco: quiero ser presidente. Sin embargo tengo una labor con la ciudadanía de la Ciudad de México y debo terminar y cumplir esa primera responsabilidad”.
Mancera cree que existe la posibilidad de seguir sin estar afiliado a ningún partido político y optar por la posibilidad de ser independiente o que su trabajo en el GDF avale su candidatura. ¿Será? ¿Quién o quiénes lo postularán?
Para muchos analistas, la estrepitosa derrota del PRD en el Distrito Federal se debe en gran parte a las erráticas políticas públicas del jefe de gobierno capitalino y su forma de gobernar. Errores crasos que dinamitaron su capital político y llevaron a la debacle al perredismo capitalino. Aún así la dirigencia nacional del Sol Azteca saludó con enorme gusto el destape de Mancera. Por lo menos que vendan caro su amor, pues se dijeron “listos para respaldar tanto a militantes como personajes externos”.
Así, quien cabalga pleno a la candidatura de su partido es el tabasqueño López Obrador, ufano y contento de ser ya la cuarta fuerza política del país. Y quiere más hasta que no aparezca un Cid Campeador que en verdad convoque a todas las izquierdas y a la misma ciudadanía y sea realmente independiente.
¿Y en el Partido Revolucionario Institucional (PRI)? La caballada está flaca ¿o son muy institucionales y aguarda los tiempos?, tal y como lo dejó entrever el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.