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MÉXICO, DF., 18 de junio de 2015.- La actuación de la Policía Federal (PF) para el control de la seguridad en la comunidad de Tlapa, Guerrero, durante las pasadas elecciones del 7 de junio, que dejó un civil muerto por un disparo de oficiales, fue calificada como prudente por parte de su titular, Enrique Galindo.
En entrevista tras su participación en el foro “Reforma al Sistema de Justicia Penal ‘Experiencias Comparadas’”, Galindo aseguró que la situación de violencia que se vivió en la zona fue bien librada por los elementos de la PF.
“Siempre que hay una situación parecida a esto, por protocolo abrimos una investigación, donde yo como titular de la Policía Federal también tengo que conocer a través de mis instancias de investigación, si la actuación de la policía fue apegada a sus protocolos, la investigación está en curso.
“Puedo adelantar que la policía en esas circunstancias, en ese horario, en esa zona y bajo los riesgos que había actuó bajo la prudencia del caso, teniendo a una población exaltada en ese momento donde tenía a un grupo de policías, prácticamente, privados de la libertad donde había amenazas para privarlos de la vida incluso y creo que fue una incursión oportuna y además proporcional que no generará mayores problemas y no generará un problema mayor y creo que eso fue lo que pasó en Tlapa”, explicó el funcionario.
El 7 de junio, pobladores de esta ciudad guerrerense retuvieron, al menos, a 20 efectivos federales con el objetivo de que las elecciones no se realizaran, debido a que acusaban a que no existían las condiciones ideales para que se llevarán a cabo.
Para las 22:00 horas de ese domingo, la PF ingresó a la comunidad con al menos 200 integrantes para rescatar a sus compañeros, que habían sido llevados y retenidos a una parroquia, como método de presión para que las fuerzas federales abandonaran, también, esta área.
Algunas de las amenazas de los civiles eran que si no cumplían los oficiales con sus peticiones, la vida de los policías estaba en peligro.
Ante la poca accesibilidad de los lugareños, los oficiales decidieron cortar la luz de la parroquia e ingresar a la fuerza, donde se soltaron algunos disparos para dispersar a los manifestantes.
El saldo de esta actuación fue de un civil muerto y varios más lesionados.