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MÉXICO, DF, 19 de julio de 2015.- La seguridad a las afueras del Penal del Altiplano, en el Estado de México, dejó de ser intensa después de que Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, escapó de su celda hace una semana.
En un recorrido realizado se constató que la presencia de los elementos de la Policía Federal (PF) y del Ejército no es ya tan numerosa en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso).
Se contabilizaron tres unidades de la PF con al menos cinco elementos en cada una, en total 15 policías, mientras que efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) solamente una decena se encontraban en esta zona de máxima seguridad.
La mayor parte de la seguridad se concentra en la entrada principal, por lo que los rondines ya no son tan constantes en los alrededores de esta zona.
Los pasados 11 y 12 y julio, cuando se registró el escape del líder del Cártel de Sinaloa por medio de un túnel de 1.5 kilómetros, se desplegaron poco más de 150 elementos de la PF y Sedena con el objetivo de hallar al narcotraficante.
“Aquí ya no está, no sé qué le hacen al cuento, el señor este (El Chapo) ya se les fue y ha de estar igual en Sinaloa, aquí ya nada más vienen a recoger la basura que dejó, pero pues así funcionan las autoridades en México”, comentó una señora que vende comida corrida.
Mientras, los retenes de seguridad en las carreteras, como la anunció el Comisionado Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido, para buscar a Guzmán Loera, ya no son tan visibles como hace una semana.
Sin embargo, la entrega de los volantes con la imagen de El Chapo se siguen entregando en las casetas de las autopistas y en algunos filtros de seguridad.